A ver ahora cómo se las apañan los partidos para hacer una precampaña (y su estrambote, una campaña) que mantenga una mínima tensión narrativa hasta el 26-J.
El casi único tema real de campaña es el fracaso de no haber sabido pactar. El otro tema de interés es quién pactará con quién, pero lo van a esquivar todos los partidos, por mucho que la prensa se lo restriegue por los morros.
Pero son muchos días para ir diciendo por ahí que la culpa la tuvo el otro, o los otros. Es un argumento aburrido, como un partido de fútbol amistoso para jugadores en rodaje o habituales del banquillo. Un sopor.
Para evitarlo habrá que mostrarse muy extremista e incendiario en los mensajes. ( el más moderantista, que es C's, sigue focalizado en su NO a Rajoy y su equipo, metiéndose en casa ajena.)
Porque al haber desaparecido el suspense de si iba o no a haber Gobierno, hacer ahora como si nada y desempolvar los programas de la campaña de diciembre, es un tostón que a nadie va a interesar.
Y ni siquiera parece que habrá el morbo personalista de muchas caras nuevas en las listas.
Así que sólo si sobrevienen en las próximas semanas elementos ajenos, podría animarse algo el cotarro: la corrupción política, la evasión fiscal, filtraciones, revelaciones. Algo que alegre un poco las portadas y los titulares. La sociedad del espectáculo en que se ha convertido la democracia española necesita algo de carnaza continuamente,
Qué grave error no cambiar a los candidatos, base de la teledemocracia: al menos un poco de variedad en el personal.
