Un día habrá que ponderar si todos los antidemócratas son iguales entre sí. Los hay odiosos y otros, maravillosos.
¿Es corrupción, como dice Rajoy usar las instituciones para marear la perdiz como ha hecho Sánchez?
¿Un corrupto no pude hablar de la corrupción de los demás?
¿Un antidemócrata no puede tachar de antidemócrata a otro?
Hete aquí a un antidemócrata, que además, es el mejor escritor de Belchite: aquí.
(Vivió la postguerra en ambos ambos simultáneamente, pero se niega (aún) a escribir la que sería "la" novela de la guerra en Belchite; una caída de la ciudad que narra como nadie: si algún día el lector va a visitar las ruinas Belchite, pregunte por él).
Léanlo, si les gusta la novela moderna. Clasicones y cursis, abstenerse.