Arturo Pérez Reverte la ha liado con una de sus preguntitas: aquí.
Hace unos meses, había comparado a los refugiados a los godos a las puertas de Roma.
Aquí.
Las preguntas que Pérez plantea son casi siempre pertinentes; no en vano los tiene bien ennegrecidos por el humo de cien batallas; las respuestas menos y con alguna falacia entreverada, si bien el razonamiento está bien desarrollado (talento de narrador).
Con la mitad de ese talento un líder populista besaría el santo y llegaría al poder.