Rajoy está políticamente muerto y todavía nadie de su entorno se atreve a decírselo. Por si ls moscas y Rajoy fuera un revenant.
Siempre quedará la duda de si Rajoy pidió al rey esta tarde que no le brindara la investidura y se la ofreciera a Sánchez para que éste se "estampuce", o bien pensaba que el rey le daría el margen de una semana más de rondas de consultas para dejarle un resquicio en busca desesperada de entendimientos.
Por el lenguaje corporal de Rajoy, todo indica que confiaba en que el rey le imitase en su tancredismo. Pues cifrar sus esperanzas en que los barones del PSOE no acepten los marrones de Podemos o que Colau se ponga flamenca con el referéndum, es mucho esperar, sobre todo si han de hablar los 190 000 afiliados del PSOE.
La CUP ha dado muy mal ejemplo.
Valencia habrá sido el Waterloo de Rajoy, sin él saberlo. Justicia poética.