El rey, en el día en que en Palma su hermana se sentaba en el banquillo de los acusados y palmeros, no ha querido recibir a la presidente irredenta del Parlament remensa.
Con un mero correo electrónico "ya hacemos", le ha dicho a través de su edecán.
Pero lo triste no es que no quiera recibir a la presidenta catalana (si no está de acuerdo con lo que va a firmar, y razones haylas, pues que no lo firme), sino que lo haga con solecismo inaugural.
"En relación a la conversación telefónica de esta mañana sobre la comunicación a Su Majestad el Rey del nombre del presidente de la Generalidad investido por el Parlamento de Cataluña y con la finalidad de cumplir los trámites establecidos en la Constitución y en el Estatuto de Autonomía de Cataluña, agradeceré que la comunicación oficial de la presidenta del Parlamento de Cataluña a su Majestad el Rey se realice por escrito a través del jefe de la Casa".
"En relación a" es un uso solecista, incorrecto en vez del "en relación con" si bien, en este caso, habría bastado con un sencillo "Según lo hablado por teléfono", pero para eso, ay, hay que tener un Juan de Mairena en la casa real.
Hay que, ay.
En fin, Pedrín.