El acuerdo que ata a la CUP.
No creo que haya habido en la democracia española un documento más automutilador, autoflagelador, sacrificial y expiatorio.
El santo oficio no lo habría hecho mejor.
Si esto es el resultado final, el hijo natural de la democracia directa, asamblearia, colectivista, paritaria y popular, que venga Fidel y mande a parar. Los hebertistas, los exagérés, los montagnards, los radicales, los furibundos expiando su escisión en el altar de la independencia, con el ojo providencial inserto en el triángulo teísta que todo lo ve. El ojo de Mas que todo lo juzgará.
En verdad os lo digo: la CUP se merece que Mas no les quite el ojo.