Tres jueces del Supremo aprovechan que la interlocutoria de Sànchez pasa por su vera para enmendar la plana al Tribunal alemán, decirle a Llarena que afine mejor con la euroorden contra Puigdemont, y decir majaderías ajurídicas como que si hubiera habido más policía habría habido una masacre. (sic)
Reprochan al tribunal alemán entrar en el fondo, pero estos tres supremos le dicen a los jueces alemanes que si le hubieran dedicado más tiempo al fondo del asunto, habría decidido de otra manera, hombre de poca fe.
Un esperpento. Una injerencia en el sistema alemán, un acto inamistoso hacia la judicatura alemana. Y que contamina a estos magistrados, siendo esto posible motivo de recusación, pues ¡la Sala suprema se comporta como parte, como fiscalía, como abogacía del Estado, como acusación particular...!
Y gasolina para las tesis del abogado de Puigedmont de que la causa es política y de que no hay separación de poderes en España, algo que no dejará de usar este auto para apuntalar su defensa, tanto en nuevas alegaciones que en recurso ante del TS alemán o en Luxemburgo y Estrasburgo en su momento.
El tándem de estos "injerentes" jueces políticos con los desleales políticos presos es la combinación más diabólica que quepa.