Una serie de gentlemen se reunía desde hace años para toquetear mujeres.
Aquí.
Cualquiera de ellos podría toquetear y más, previo pago, en bilateral o pequeño grupo en aparté.
Pero estos querían toquetearlas en privado y en un gran grupo.
La democracia, siendo como es el gobierno de la opinión pública no tolerará que se sepa lo que ocurría en el club de los tocones.
Ha tenido que ser una outsider la que lo denuncie. No una camarera. Para mayor regocijo de Meryl Streep.