Juncker el viernes pasado en unas jornadas universitarias en su país sobre Cataluña:
“Y esto me lleva a hablarles del Brexit… y a referirme también a Cataluña. Y me paso al alemán para que me entiendan mejor [ironía] en Cataluña. No soy especialista en cuestiones catalanas… como lo es la señora Reding, [estaba presente e intervendría luego] que va allí a menudo, y a la que consulto y que me asesora mucho y cuyo conocimiento intento incorporar… Hace tiempo que me vengo reuniendo con el primer ministro español y le pido que tome iniciativas para que no entre en una situación descontrolada Cataluña, pero apenas se han hecho cosas, y estoy muy preocupado, mucho, porque la vida en común parece ser tan difícil y tan ardua allí, cada cual intenta hacer valer su propia identidad a su manera, y considera que su identidad no puede convivir en paralelo con la de los demás; y si permitimos –y esto no es asunto nuestro, en definitiva–, si aceptamos que Cataluña se independice, otros pueblos harán lo mismo, y eso no me gustaría, no me gustaría tener una Unión Europea dentro de 15 años con 98 Estados miembros; ya bastante complicada está la cosa con 28, o en breve con 27, así que con muchos más Estados sería ya imposible, y la gente tiene que asumir sus propias responsabilidades; recibimos llamamientos –y llamamientos solemnes– de todas partes del mundo para mediar, pero no lo hacemos, y les voy a explicar por qué la Comisión no se involucra… mucha gente dice: Juncker debería intervenir, hacer esto o lo otro , etc., pero si la Comisión, o bien el presidente Tusk, del Consejo de Ministros, interviniéramos y únicamente lo hiciéramos a petición de una sola de las partes, todavía crearíamos más problemas y caos en la UE, y por eso no podemos hacerlo y no debemos hacerlo. A menudo actúo de mediador pero entre Estados miembros, con Cataluña... perdón, quiero decir con Croacia, o con Eslovenia, y otros países; eso se puede hacer, presto mi ayuda allí y hago de mediador, no sirve de mucho pero lo hago y, bueno, nadie dispara contra nadie, al menos de momento… [no se sabe a qué países se refiere], pero no por ello debemos subestimar ese asunto, y cuando hablamos de conflictos de fronteras en la Europa Central y de que países del Oeste de los Balcanes ingresen en la UE, debemos mantener los estándares altos, porque los países balcánicos que quieran incorporarse tendrán que cumplir con estas elevadas exigencias… y no queremos ver cómo se deterioran las cosas en esos países tal como ocurrió en la última década del siglo pasado. Es una situación muy compleja, porque los conflictos antiguos resurgen, y no se halla un denominador común. La guerra en los Balcanes tendemos a olvidarla y yo que fui testigo histórica de la misma les puedo decir etc. etc…”