El cartel barrendero de la CUP está abiertamente inspirado en los carteles bolcheviques (y los nazis, detalle que se les escapó).
Aquí.
Es tal su odio que han incluido hasta a Artur Mas, el jinete sin cabeza que ellos decapitaron, y que es su compañero de viaje.
Eso podría hacerles perder muchos apoyos en favor del mesurado Junqueras, artista en no gritar y en llorar de emoción.
Los que usan a la CUP como espantajo de lo que les espera a los catalanes estarán encatados con el cartel, pero se equivocan lamentablemente: esta CUP desbocada es lo que necesita el independentismo de fondo de ERC para ser el primer partido en Cataluña, y ganar cuando todos pierdan, referéndum incluido, si es que se piere por falta de convocatoria.