Macron se saca de la manga un gobierno de concentración nacional (desde radicales de izquierda a socialistas pasando por centristas y liberales y democristianos, y con mucha gente independiente) para intentar consolidarse de cara a unas legislativas en las que su neonato partido puede tener poquísimo diputados.
La audacia de este presidente por accidente lleno de buenos propósitos no tiene ímites.
À suivre.