El
establishment indepe ha ido a Bruselas a hablar del tema estrella a un grupo de catalanes desplazados hasta allí para oír lo habitual que se les repite a diario en catalán pero ahora en inglés y francés. Como en el chiste del taxista español en Nueva York que hablaba su lengua sobrearticulando cuando el pasaje era español.
Hasta aquí, cómico.
No hubo preguntas ni declaraciones posteriores a la prensa.
Mala sombra.
Pero cuando los lamentos han incluido alusiones a los refugiados que quieren entrar a la UE, la cosa se ha puesto siniestra.