Este interesante artículo publicado por Big Browser en Le Monde el 19 de enero aftertrump.
Lost in trumpslation
(o de la dificultad de traducir a Trump)
(o de la dificultad de traducir a Trump)
¿Hay que traducir a Trump tal como
habla o bien alisar su sintaxis sincopada y correr el riesgo de que parezca que se
expresa correctamente?
A mediados de diciembre pasado,
Bérengère Viennot contaba en Slate sus dificultades a la hora de traducir a Donald
Trump al francés [aquí]. Primero fueron sus
"declaraciones chocantes " y
"sus tuits asesinos"; luego los discursos, cuando el candidato se convirtió ya en el ganador. El
discurso de Donald Trump es "fácil de entender", pero su falta de
vocabulario es tal que complica considerablemente la tarea del traductor. La
primavera pasada, un estudio realizado por la Universidad Carnegie Mellon, y ampliamente
difundido en EE.UU., había demostrado que
el nivel de gramática de Donald Trump se encuentra justo por debajo del nivel de un alumno de 6th
grade (primero de secundaria: un escolar de 11 años).
Bérengère Viennot da un botón de muestra en la
entrevista en el New York Times de
finales de noviembre. [Aquí]
En cuanto debe improvisar respuestas, sin un discurso escrito y sin notas, "Trump se aferra desesperadamente a las palabras contenidas en la propia pregunta, sin llegar a elaborar nada de cosecha propia". Ejemplo: el director Dean Baquet le pregunta si llevó a cabo durante la campaña un discurso tendente a "revitalizar" ("energize") a la extrema derecha estadounidense y la forma en que se propone gestionar todo esto ahora.
DEAN BAQUET: My first question is, do you feel like you said things that energized them in particular, and how are you going to manage that?
En cuanto debe improvisar respuestas, sin un discurso escrito y sin notas, "Trump se aferra desesperadamente a las palabras contenidas en la propia pregunta, sin llegar a elaborar nada de cosecha propia". Ejemplo: el director Dean Baquet le pregunta si llevó a cabo durante la campaña un discurso tendente a "revitalizar" ("energize") a la extrema derecha estadounidense y la forma en que se propone gestionar todo esto ahora.
DEAN BAQUET: My first question is, do you feel like you said things that energized them in particular, and how are you going to manage that?
La respuesta:
TRUMP: I don’t think so, Dean. First of all, I don’t want to energize the group. I’m not looking to energize them. I don’t want to energize the group, and I disavow the group. They, again, I don’t know if it’s reporting or whatever. I don’t know where they were four years ago, and where they were for Romney and McCain and all of the other people that ran, so I just don’t know, I had nothing to compare it to. But it’s not a group I want to energize, and if they are energized I want to look into it and find out why.
"No lo creo, Dean. En primer lugar, yo no quiero revitalizar al grupo. No estoy tratando de revitalizarlo. Yo no quiero revitalizar al grupo, y reniego del grupo. Ellos…, de nuevo, no sé si es cosa de los periodistas o qué. Yo no sé dónde estaban hace cuatro años, y si estaban por Romney y McCain y por todos los otros que se presentaron, así que no lo sé, yo no tenía nada con qué comparar esto. Pero no es un grupo al que yo quiera revitalizar; y si están revitalizados, quiero estudiar el asunto y averiguar por qué..."
Este ejemplo ilustra que Donald Trump (incluso reconociendo la dificultad que pueda haber en improvisar cualquier respuesta) se limita a repetir las mismas palabras en bucle.
TRUMP: I don’t think so, Dean. First of all, I don’t want to energize the group. I’m not looking to energize them. I don’t want to energize the group, and I disavow the group. They, again, I don’t know if it’s reporting or whatever. I don’t know where they were four years ago, and where they were for Romney and McCain and all of the other people that ran, so I just don’t know, I had nothing to compare it to. But it’s not a group I want to energize, and if they are energized I want to look into it and find out why.
"No lo creo, Dean. En primer lugar, yo no quiero revitalizar al grupo. No estoy tratando de revitalizarlo. Yo no quiero revitalizar al grupo, y reniego del grupo. Ellos…, de nuevo, no sé si es cosa de los periodistas o qué. Yo no sé dónde estaban hace cuatro años, y si estaban por Romney y McCain y por todos los otros que se presentaron, así que no lo sé, yo no tenía nada con qué comparar esto. Pero no es un grupo al que yo quiera revitalizar; y si están revitalizados, quiero estudiar el asunto y averiguar por qué..."
Este ejemplo ilustra que Donald Trump (incluso reconociendo la dificultad que pueda haber en improvisar cualquier respuesta) se limita a repetir las mismas palabras en bucle.
El trabajo de traducción consiste menos en traducir palabras que en traducir pensamientos, una personalidad, a fin de "crear en el lector la misma sensación, la misma reflexión que las que ha tenido el lector original".
La pobreza de vocabulario de Trump obliga a que cualquier
persona que pretenda verterlo a otro idioma haya de valerse de estratagemas para darle
relieve a su discurso.
Bérengère Viennot nos describe un
vocabulario monopolizado por algunos adjetivos hiperbólicos. "Great"
aparece 45 veces en la entrevista del New York Times, pero también "tremendous", "incredible", "strong" y
"hard". Ahora bien, hay varias
maneras de traducir estos adjetivos en francés, remitiendo a niveles de lengua
y de corrección diferentes. Nos da el
ejemplo de esta declaración:
«I mentioned them at the Republican National Convention ! And everybody said : “That was so great”».
«¡[Se] lo comenté en la Convención
Nacional Republicana! «Y todo el mundo dijo: "Eso sí que estuvo bien..." ».
Ella opta por traducirlo en un
registro más coloquial: «"Y todo el mundo dijo: "Qué pasada…"».
"Tenía que traducir la expresión de un entusiasmo pueril y autocomplaciente; por lo que si hubiera elegido escribir por ejemplo "Y mi mensaje concitó la unanimidad", el significado habría sido el mismo, pero habría dado una idea falsa de la intención y de las modalidades de expresión del hablante".
Para ilustrar la importancia de elegir
un registro, la traductora acude al caso del antiguo líder comunista Georges
Marchais, al parecer paradigma de estudio para traductores: en la URSS, su
discurso lo traducía siempre el mismo intérprete, que usaba un
"lenguaje muy culto", lo cual hizo a Marchais acreedor a una reputación
de gran elegancia, muy alejada de la que disfrutaba en Francia [vídeo de Marchais].
Ésta es la gran responsabilidad del
traductor, y que Viennot describió con más detalle en un artículo publicado, unos
días antes de la toma de posesión del presidente, en la revista literaria Los Angeles Review of
Books. [Aquí]
Así que no es sólo un problema de palabras sino de la imagen que proyecta un político, ya sea conscientemente o no. Y éste es el dilema del traductor: ¿debe traducirse a Trump tal como habla, y dejar que los lectores franceses se las tengan que ver con un texto de pésima calidad? O bien ¿conviene alisar su sintaxis sincopada y correr el riesgo de que el lector crea que se expresa normalmente, como cualquier otro jefe de Estado?
Tal como contaba la traductora en Slate, emplear un lenguaje sencillo para llegar a más gente y desmarcarse de una élite política desfasada pudo haber sido sido una estrategia "válida" durante la campaña electoral. Sin embargo, "en el caso de Trump, no era una estrategia: está claro que su vocabulario limitado refleja un pensamiento limitado".
…
En el fondo, es un problema ético el
que se plantea aquí... y de fácil respuesta. Convendría traducir a Trump (y a todos
los políticos) sin mejorarlos. Lo otro es adentrarse en las arenas movedizas de
la posverdad, que diría un cursi.