Nunca deja de provocar vergüenza ajena la ceremonia teísta de jura del cargo de presidente de los EE UU.
¿Tantos adultos hechos y derechos se creen que son el pueblo elegido de Dios?
Será mucho más revolucionario el día que llegue a la Casa Blanca un ateo confeso que "una mujer, un hispano, un judío o un hinduista" (sic) tal como vaticinó anteayer Obama en su última rueda de prensa. (No dijo "...o un musulmán" para no liarla parda...)
Al menos los británicos sólo creen en el té (In tea we trust)