El CIS constata aquí una bajada importante para el PSOE, pero que no se repercute en una subida significativa para Podemos (ni para C's, que hasta pierde un poco de apoyo), si bien Podemos asciende a segundo partido y primero de la oposición.
Se supone pues que el desbarajuste socialista ha empujado a parte de su electorado a la abstención, una especie de paso al lado, a verlas venir.
Sube el PP, que parece inmune a su second life en los tribunales.
Así las cosas, a nadie le interesa provocar nuevas elecciones en breve salvo a Podemos, y tampoco demasiado, porque igual le pasan facturas sur grescas internas.
La política en España es ya toda ella una second life y sólo el desafío secesionista puede provocar una reacción allá por verano.
Entretanto, habrá que ver cómo se bandea un Gobierno que necesitará pactar hasta lo de ir al baño.
De momento, en los presupuestos se visualizará quién, aparte de C's, presta votos y a cambio de qué: esa es la aburrida política del día a día, la de gestión que decide las cosas importantes.
La vida normal.