El objetivo de los soberanistas es alcanzar el voto de los 83 diputados de la CUP, Junts pel Sí y CSQP.
Aquí.
Con estos 83 votos liados a la cabeza, el referéndum (un 9-N bis) se celebrará sí o sí en verano del 17.
Es una "pesadilla de aire acondicionado".
Lo que buscan es que esta vez el quórum del 50% se alcance; los demócratas habrán de pedir la abstención, como implícitamente hicieron el 9-N; como hicieron los no xenófobos en Hungría el domingo pasado.
Si en las plebiscitarias del 27-S hubieran llamado a abstenerse PP, PSC y C's, el actual Parlament carecería de toda legitimidad, sería una duma cualquiera, títere de sí misma.