jueves, 8 de septiembre de 2016

Seguir ciego su camino

El CIS pronostica una mayoría absoluta para el PP en Galicia y una moderada caída del PSOE; esperables ambas. Podemos cosecha buenos resultados, si bien allí es imposible un frente anti-PP.
Aquí.

Sin embargo, en el País Vasco (aquí), donde el PNV volvería a ganar con resultados parecidos, ocurriría algo muy preocupante: el PSOE se desmorona, pierde 8 escaños (tenía 16), y el PP baja bastante y pierde 2 escaños (tenía 10). Ambos partidos constitucionalistas sólo representan algo más del 20% de los votos. Y C's no obtiene ni siquiera representación, a pesar de que UpyD renunció a presentarse en el último minuto.

Qué lejos aquel tiempo en que socialista y populares pudieron desalojar a los nacionalista durante una temporada, con Patxi López de Lehendakari.

Los apoyos por PP y PSE perdidos van en gran parte... a Podemos, que, por otro lado, roba también  muchos votos a Bildu. Con 16 escaños disputa incluso la segunda posición a Bildu.

Entre el PNV, Bildu y Podemos, fuerzas todas ellas nacionalistas, independentistas o soberanistas, même combat,  suman casi el 80% de los votos.

Para ser investido, Urkullu puede pactar con quien quiera: socialistas, populares, podemitas o batasunos, según el peaje que quiera pagar. L' embarras du choix.

Más allá de esto, se confirma que en el País Vasco y en Cataluña, PP,  PSOE y C's (sí, también C's en Cataluña, a pesar del espejismo Arrimadas, si sigue la tendencia de las generales que lo relegaron al furgón de cola, junto con el PP) no pintan apenas nada.

En Cataluña, Colau habla ya  habla de usar ese casi 80% "al menos soberanista" como palanca de cambios y como trampolín a la presidencia de la Generalitat.

Los nacionalismos periféricos han logrado pues la victoria aun antes de disputar la batalla final: cerca del 80% del electorado está a favor de planteamientos referendarios en Cataluña y el País Vasco.

El constitucionalismo es un batalla ya perdida. Y en Madrid esto se confirma y conforma con la no conformación de un tripartito PP C's PSOE.

Quien no quiera verlo es que quiere seguir ciego su camino.

La ley no es suficiente para revertir esta situación. Hacen falta otra cosas.