domingo, 17 de julio de 2016

Una manera de cantar

Ha muerto Recalde, aquí, que antes que político fue librero y editor. Un hombre de bien que sufrió mucho por los que no sufrían.

Arcadi Espada canta aquí su personal historia del terror, que, dice, es la de una generación que no ha vivido una guerra propiamente dicha.

Conviene recordar el tiempo pasado y recordar de dónde viene el terror.

Aquí, por ejemplo, un análisis de la génesis de la ETA. Pudo decidir no matar, pero decidió matar.

Los años de plomo en tiempos de paz no se limitan a la década de los 70: van desde el final de la segunda guerra mundial hasta hoy mismo.

Antes del actual yihadismo, en Francia hubo lo de la OAS y también el terrorismo corso y luego numerosos atentados de raíces varias; en Portugal se vivieron con horror las guerras coloniales a las que se mandaba a la muchachada, y el atentado de 1983 en la embajada turca de Lisboa; en Italia las Brigadas Rojas y la Mafia tiñeron varias décadas de sangre; y Alemania tuvo su terrorismo antisistema, luego lo de los JJ.OO. de Múnich; el Reino Unido la cuestión irlandesa, etc... Incluso la pequeña Bélgica vivió sus matanzas del Brabante irresueltas hace unos años, y hasta tuvo un ministro asesinado, André Cools en 1991; y en Austria el atentado en el aeropuerto de Viena de 1985... Y quién no recuerda el magnicidio de Olof Palme, en la Suecia infierno y paraíso que contó Gironella.

En fin, no ha habido ni un palmo de paz sino mucho terror para Europa en los últimos 50 años.


"Si me quejo, es sólo una especie de manera de cantar", le escribió Rimbaud a su madre, mientras se consumía de tedio en Aden.

Cantemos el terror de nuestras vidas.