El Brexit (que puede ser para ellos el nuevo Suez), si ha acabado triunfando en las islas británicas, es porque ciertos políticos querían beneficiarse de la desregulación de los mercados sin el corsé bruselense, es decir, por ejemplo, que sus hedge funds podridos puedan seguir campando por sus respetos sin cortapisas.
En materia de emigrantes, querían quedarse sólo con la crema de la crema: los trabajadores más cualificados.
Y, finalmente, querían que la libra sea esa "moneda helicóptero" soñada por Milton Friedmann.
Para ello en el Reino Unido las élites políticas cínicas, populistas y xenófobas han engañado a las clases populares pauperizadas, crédulas y xenófobas.
Independence Day habría sido pues el banderín de enganche.
Lo irónico es que las regiones británicas que más han votado a favor del Brexit, rurales e industriales en declive, son las que reciben más ayudas europeas.
Orgullo, prejuicio y xenofobia.
El hambre y las ganas de comer.