Los socialistas han escenificado su No a Rajoy, sin mencionar la bicha de la abstención.
Lucía Méndez le da una interpretación psicoanalítica a la negativa.
Aquí.
Ooooh, ¿por qué ha de ser todo tan previsible también en las cosas malas?
Me aburre repetir que sin la abstención de PSOE, lo que hagan todos los demás partidos es irrelevante, salvo que a Convergència le dé un jamacuco mental con el cambio de nombre.
No es magia, es ciencia.
Tras descartar 298 nombres, ayer descarton dos más:
Més Catalunya y Catalans Convergents.
Hoy sonaban con fuerza:
Junts per Catalunya, Partit Demòcrata Català y Partit Nacional Català.
Todo muy repetitivo, como una pesadilla de aire acondicionado.
Llama la atención que eludan las palabras "Independència" o "independent", a la manera escocesa o quebequense; y prefieran no mencionar a la bicha (o mejor dicho al bitxo, la guindilla, ese condimento se repite en el paladar desde hace años en los círculos convergentes)
"La cocina española está llena de ajos y de preocupaciones religiosas", dijo Julio Camba.
La catalana, de bitxo y de preocupaciones independentistas, diría yo.