En los Países Bajos, hasta hace poco, la corona nombraba a un formador o mediador para conformar una mayoría de Gobierno entre diversas fuerzas políticas, dado el sistema electoral holandés, que aboca a pactos y coaliciones.
Solía ser una personalidad au-dessus de la mêlée.
Se le llamaba al trámite "el rito de objetividad".
Aquí.
En España, la Constitución no excluye tal posibilidad en el marco del artículo 90, pero el temor de que el Borbón borbonee es tan grande que no parece que el rey español pueda hacer uso de ese mecanismo.
Lástima, porque nos ahorraría unas terceras elecciones.