Rajoy en el telediario de la noche de TVE (en otro tiempo, el momento de oro societal de máximo share; hoy una caquita de jilguero en el paisaje de los medios españoles): "Si se dan los mismos resultados, adoptaré la misma postura...".
No ha contestado a Ana Blanco nada que no supiéramos que iba a contestarle.
Nada más previsible y aburrido que un Rajoy funcionando, en funciones, carburando.
Y, sin embargo, con el viento en popa. Retomando la curva ascendente que se truncó el 20-D, contra viento y marea de chapapote corrupto: 123. 125. 128. 130, y subiendo.
Ay, la salutífera serenidad que imbuye a este hombre tan previsible que optó por no moverse en cuatro meses, mientras todos se lo afeaban, y dejó que los demás idiotas hicieran el gasto de ruido y furia.
El 26-J se parece cada vez a una cena de los idiotas a base de "I like" en que hay tres candidatos que pueden quedarse con la orejas de burro.
La cuestión no es quién ganará las elecciones, sino quién será la oposición y en qué posición se ordenará ésta para que no gobierne el PP o sí gobierne.