Esta noche los cuatro candidatos coincidirán en un único acto de campaña; algo medianamente interesante para la población, bastante asqueada por la situación. Pero no será seguido también medianemente porque se vayan a cotejar programas, propuestas e ideas, sino por el propio formato de concurso televiso, que siempre tiene su morbillo de circo romano. (Más público tendría, de haber trampillas a los pies de los candidatos y un público presente votando a ver quién cae primero por el agujero; y con votos desde casa por SMS).
El que se realice tan pronto en la campaña indica que, en el fondo, los partidos temen que se hubiera podido realizar más cerca del momento del voto. Por si las moscas.
El público lo verá como un partido de fútbol aburridote y amistoso, pensando en o haciendo otra cosa, porque los discursos estereotipados de opositor aplicado de esta clase aburren a la afición, que prefiere la competición real, que son los platós de la tele pensados para entretener, que es lo que mola; así que el respetable apenas estará a la espera del gafe, de la zancadilla, del chascarrillo, del incidente "ruíz" y del minuto venezuélico.
Puede incidir el deabte en un 5 o 10% de los votos, dicen los expertos....
Pero si tres son multitud, cuatro no digamos... Los únicos debates dignos de tal nombre son los cara a cara. Pero, ay amigos, esos debates, a lo que se ve, plantean muchas reticencias en los interesados y dueños de las caras, no sea que a alguno se la partan...