Un partido de final de Champions sin ritmo y aburrido para olvidar, que desprestigia al fútbol español, a pesar de que sólo 7 españoles había en el campo de los 22: dos por el Madrid y 5 por el Atlético. Los dos entrenadores tampoco son españoles.
Un empate hasta la prórroga incluida, sólo desempatado por un penalti al poste.
Un partido que no presagia nada bueno en la Eurocopa para España.
Metáfora de un país eternamente empatado y empantanado.
