martes, 19 de abril de 2016

Frente a la democracia siniestra

Arcadi blande su Espada frente al problema moral del Otegismo rampante.
Aquí.
En la política (y en la vida), no todo lo que no es ilegal no es inmoral.
Tres noes.

Se dirá que sobre Otegi pende la inhabilitación política, y que, por otro lado, ya cumplió con su(s) sentencia(s).
A lo segundo, contestar que nadie discute que Otegi pueda andar por el sol una vez purgada la pena que la Justicia dictó sobre él; pero a lo primero, a ese primero tan técnico, sólo procede replicar: no es la inhabilitación o no lo que se discute, es la mera posibilidad de que, candidato o no, Otegi haga campaña como el Mandela de lo suyo: el mentiroso, demente y excluyente derecho a decidir; ese "lo suyo" que propugnan los suyos; los suyos que van desde Convergència, ERC y la CUP hasta Podemos y sus socios pasando por el agazapado PNV.

El no gobierno de concentración PP PSOE C's, por el juego de los vetos cruzados, hace más perentoria aún la necesidad de que las asociaciones de víctimas del terrorismo (de cualquier terrorismo), ahora por fin unidas en lo esencial, que es la dignidad, den un paso al frente y suplan el fracaso de los partidos autodenominados constitucionalistas, y, si me apuran, el fracaso de una Corona pasiva y complaciente, nada dispuesta a formar un gobierno a palos, como el que espera Europa.

Sería una última llamada a la conciencia de la gente fe bien de este país, que no quieren la democracia siniestra que se nos viene encima.
Democracia es dignidad.
Tal movimiento de las víctimas, completado y apuntalado por personalidades independientes solidarias dispuestas a hacer un paréntesis en su actividad profesional, podría alcanzar el número suficiente de diputados para ser la bisagra necesaria y, sobre todo, moral que forzase un gobierno de salvación.
De salvación de la Democracia.

P.S.
Y hoy, a diferencia de ayer,  ya no se puede decir aquello de que no conviene legislar (gobernar) en caliente.