El defenestrado Sergio Pascual ha escrito un texto totalmente abstruso sobre cómo habría que democratizar la Semana Santa que casi hace buena la prosa cursi del camarada Secretario General Iglesias. Al menos a Iglesias se le entiende.
Si Pascual es el símbolo del errejonismo: virgencita, virgencita, que me quede como estoy.
Pero no, no puede ser, el texto pascualino no puede ser más que un mensaje cifrado para los disidentes, una llamada a la resistencia frente al Padrecito de todos los círculos Iglesias.
Haría falta una máquina tipa la Enigma para entender un pijo.