Albert Boadella ha decidido denunciar tipográficamente a los cortacipreses que creen en su dios estrellado.
Es un optimista antropológico.
No sabe que la gent que hace esas cosas de madrugada no sabe leer ni en catalán.
Aquí.
Debería de haberles puesto unos pictogramas y unos emoticones XXL.