jueves, 17 de marzo de 2016

El Gobierno a palos

En los mentideros de la capital se baraja la opción de que el rey elija a un formador de gobierno que no sea líder de ninguno de los partidos y le dé la encomienda de formar un gobierno de concentración constitucionalista con independientes y gentes afines al PP, C's y PSOE, mayormente.
Y hasta se barajan nombres.
Aquí.
Ello tendría dos o tres virtudes. Como poco.
Pondría de manifiesto la incapacidad de los líderes de pactar.
Evitaría unas nuevas elecciones que tal vez no solucionasen tampoco el bloqueo actual.
Y daría una señal clara de que la jefatura del Estado tiene poderes no sólo protocolarios, en casos excepcionales, y que vela por el mantenimiento del sistema democrático, contra viento y marea(s).
Además, si bien eso no tiene por qué ser bueno: el pueblo votante sabría que siempre hay alguien para sacarle las castañas del fuego y dejaría de seguir votando jeroglíficos.