domingo, 6 de marzo de 2016

Dos carteros digitales y dominicales

En este domingo, todavía de resaca postinvestidura, destacan sendas cartas dominicales de Pedro J. Ramírez y Arcadi Espada, que compartieron en tiempos  no muy lejanos diario y tribunas (y aun hoy los honores del odio del nazionalismo catalán).

Son dos de los lectores más agudos y originales de la realidad política española desde hace años
Curiosa también la coincidencia de este par de escribidores dominicales: el primero dirige ahora un medio digital only y el segundo hizo lo propio con otro (aquí) que tuvo tan corto recorrido como dejó grato  y estiloso recuerdo; ambos practican además un periodismo por capas y petrolero en sus blogs.

(Que el periodismo del siglo XXI será digital o no será es una obviedad: es falso que el papel sea mejor en algo salvo en dar trabajo en las imprentas; nada supera la inmediatez de los bits, que todo lo soportan: desde un breve a un infografía pasando por ensayo de cientos de páginas con enlaces por hipertextos de todo tipo y condición; otra cosa es saber cuánto de bueno nos aparejará el multimedia digitalizado que se nos viene encima ; y aún otra cosa distinta es en que aún no se acierte a dar con el modelo de negocio haga viable el nuevo periodismo sin papel: la prueba es que poco podrán leer la carta de Ramírez, pues es de paganini previo).

Pero volvamos a las cartas de marras...
En la de Ramírez se vuelve a insistir en las bondades del pacto PSOE-C's (dulce derrota cargada de futuro), y en la ominosa pinza "rojiazul" de PP y Podemos (los extremeños se tocan y bla).  Burdo error conceptual e impropio de Ramírez: nada une a todos los que votaron NO al pacto de investidura: el NO del PP nadie tiene que ver con el de Podemos ni éste con el de los nacionalistas. Son tres NOES en muchos casos diametralmente opuestos; los enemigos comunes no tienen por qué hacer amigos comunes. Y comparar al PP con Bildu como hizo Rivera... solo debilita a Rivera, cuando lo tenía tán fácil como decir: nosotros estamos limpios y queremos un acuerdo constitucionalista a tres.
Leer (o intentarlo) aquí.

Las urnas dirán si PSOE y C's ven recompensados su pactismo. Pero si realmente creyeran en él deberían ir en coalación a las inminentes elecciones, pues compiten en gran parte por el mismo electorado de centro y, repitiendo su sumando de 9 millones votos, y si van en lista conjuntas, eso les daría más de 130 escaños gracias a Monsieur D'Hont. El problema es que esto es inviable: sería el suicidio político del PSC y... el de C's en Cataluña (si bien les iría a ambos aritméticamente mucho mejor juntando su millón largo ve votos catalanes que por separado vistos los magrísimos resultados obtenido en 20-D: el PSC fue casi irrelevante en las generales (solo 8 escaños y cuarta fuerza en votos) y aún peor le fue a C's (5 escaños, y pasó a ser la quinta fuerza y con igual de escaños que la última fuerza, el PP) y con CERO senadores ambas formaciones: ver los resultados catalanes aquí).


Espada, en cambio, acierta al poner de manifiesto lo que, con ser una perogrullada, conviene ser recordado: los electores no votan pensando en pactos postelectorales, los electores no piden esos entendimientos, ni un solo elector votó pensando que con su voto iba a fraguar un pacto PSOE -C's o cualquier otra combinatoria.
Leer aquí.
Sería interesante, eso sí, que los candidatos de los partidos  partidos dijeran con quién quieren o piensan pactar si no logran mayorías suficientes para ser investidos; ídem con los pequeños: así el elector se ahorraría muchas decepciones post urnales.

El cartero Espada se queja sobre todo del bajo nivel mostrado por la clase política a la hora de armar pactos de gobernabilidad, y por ello hasta parece querer confiar en que sean los electores los que den su opinión sobre como salir del bloqueo permanente en el que parece que vamos a vivir en los próximos tiempos vía referéndum o consulta.

Es una pirueta: pues se le ven dos pegas a la idea ya desde lejos: ese tipo de consulta ya existe y se llama: sondeo; y si a lo que se va es a la democracia directa plebiscitaria, ya sabemos que ésta es la antítesis de la democracia real: y si no, miremos qué es lo que piden todo el rato los independentistas, podemitas y "neotegianos".

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Cosecha propia:

Mucho se nos repite que las coaliciones están al orden del día en Europa; y es cierto. Pero hay que saber también que los partidos "bisagra"  sobre todo liberales (y alguna vez ecologistas) pueden salir muy malparados en las siguientes elecciones si vienen de haber estado en colaciones de poder.
La respuesta  a al porqué es muy sencilla: se llama el voto útil. El liberal al que le ha gustado el gobierno conservador-liberal, votará conservador; y si no lo ha gustado, votará socialdemócrata. En ambos casos no volverá a votar liberal.

Finalmente, el problema es el sistema electoral proporcional: el mayoritario concede mayorías mas robustas y mejor gobernabilidad; y mejor remedio: otra mayoría de otro signo la vez siguiente si a la mayoría no le ha gustado cómo han ido las cosas.


Item más: creo que PP y Podemos salen reforzados con vistas a las elecciones: la pureza del NO tiene muchos adeptos en un país de contrastes como España y poca convivialidad política.