Raúl del Pozo merece hoy los honores de la portada de EM en papel con su columna umbraliana de cierre.
Aquí.
Flojito el artículo, mundano, que intenta dar claves biográficas para explicar el caínismo de la izquierda bolchevique remedando la crítica literaria que propugnaba Sainte-Beuve.
Hubo de llegar Proust, un verdadero obseso textual, con su Contre Sainte -Beuve, para que la obra literaria cobrase la autonomía que desde entonces ostenta.
No se sabe de cierto si Errejón escupió a Iglesias cuando ambos eran unos alevines del radicalismo.
Pero eso importa poco. Lo que importa más es cuánta gente aún votará en breve a estos antisistema posmodernos que usan los media e Internet (que ya son lo mismo) para llegar al poder e instaurar su modelo totalitario.
Es el peligro de los totalitarios con dientes torcidos... de lobito bueno.
