1. Principio de simplificación y único enemigo: adoptar una única idea, un único símbolo; individualizar al adversario en un único y solo enemigo. En nuestra campaña, los ejemplos son fáciles de detectar: para el PP, el enemigo (nominal) a batir es el PSOE; así lo ha dicho el macho alfa, que es Rajoy. Y por eso solo condesciende a debatir hoy con Sánchez, en el cara a cara. Para el PSOE el enemigo es uno también: la derecha como Jano Bifronte: PP-C's. Para C's el coco es el bipartidismo, el establishment político. Y para Podemos el enemigo es el sistema. QED.
2. Principio
del método de contagio: aunar a los distintos adversarios
en una sola categoría o individuo; Los rivales han de constituirse en una hidra
de tantas cabezas como haga falta, pero nunca dejar de un solo bicho, una sola
hidra: para el PP, su hidra es "los que se quieren cargar la
prosperidad presente y futura, a sea por incompetencia (socialistas), bisoñez
(C's) o pura maldad antisistema (Podemos). Para el PSOE, su hidra es
"los que se quieren cargar el estado del bienestar y convertirlo en
un estado del malestar: el PP y C's, por liberal-privatizadores, y
Podemos por comunisto-colectivizadores, esto es, "la misma
mierda" que decía Felipe González de PP e IU. Ciudadanos tiene como hidra a
"los que quieren seguir con la categoría rojos y azules: el PP los
azules y PSOE Y PODEMOS matices del rojo"; y para Podemos la hidra es
"la casta sistémica", es decir el sistema mismo, el marco
referencial.
3. Principio
de transposición: atribuir al adversario los propios errores y
defectos, y respondiendo al ataque con otro ataque equivalente. Aquello de
"si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”,
o bien el: "y tú más". No daré ejemplos, para no llenar todo el blog
de campo con ellos.
4. Principio
de exageración y deformación: hacer de cualquier anécdota o elemento
del rival, por insignificante que sea, en amenaza grave para todos.
Ejemplo: C's propone algo sensato, como equiparar las penas penales de hombres
y mujeres, y todos se le echan a la yugular y parece que las mujeres y hombres
de este país verán conculcados sus más sacrosantos derechos.
5.
Principio de vulgarización: toda propaganda debe rebajarse hasta alcanzar
el mínimo denominador común de entendederas de los individuos a los que va
dirigida. Cuanto más grande sea la masa a la que haya que seducir, tanto
menor será el esfuerzo mental que realizar. La capacidad receptiva de
las masas es limitada y su comprensión floja; y, además, tiene gran
facilidad para olvidar. Ejemplo: el PP confía en que la masa olvide que
subieron los impuestos y recortaron en muchos ámbitos; el PSOE confía en que la
masa olvide que dejó el país en la ruina y al borde del rescate. Ciudadanos
quiere que la masa olvide que ya se presentó en 2008 a las generales en coaliciones estrámboticas (y en 2009, para las Europeas, con una plataforma antieuropeísta y una financiación extranjera vergonzante) y no obtuvo ni un puñado
de votos o que predica primarias pero luego nos las cumple él mismo y utiliza el dedo; y
Podemos quiere que la masa olvide que Venezuela e Irán existen.
6. Principio
de orquestación: la
propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas machaconamente,
presentándolas una y otra vez desde diferentes ángulos pero siempre
convergiendo en el mismo concepto, sin
fisuras ni dudas. De ahí el célebre adagio: “Si una mentira se repite
suficientemente, acaba por convertirse en verdad” o “difama que algo queda”. El PP: somos la única opción fiable y con experiencia,
los demás no tienen lo que hay que tener (y se arremete contra ellos). El PSOE:
somos el cambio sensato que garantizará el estado del bienestar y, de paso,
arreglaremos en problema catalán, con una constitución helvética, y los demás
son la misma caca por exceso o por defecto (y se arremete contra ellos).
Ciudadanos: somos la reforma del sistema, que no hay que tirar sino
recauchutar; los demás o bien son inmovilistas, “PPSOE” o son unos antisistema.
Y por fin Podemos: we are the people, we
are the world, y los demás la casta.
7. Principio
de renovación: conviene trasladar constantemente informaciones y argumentos
nuevos a un ritmo tal que para cuando el adversario responda, el espectador ya no esté por la labor o esté
ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar
el nivel in crescendo de las
acusaciones. Sobran los ejemplos: cada día nos trae su cosecha de acusaciones y
desmentidos que ya nadie quiere escuchar.
8. Principio
de verosimilitud: argumentar a partir
de fuentes diferentes, usando los llamados globos sonda o las informaciones
fragmentarias o recabada en la red, los “trending topics”: está de moda decir
que no hay que mandar tropas terrestre a Siria, y si antes de ha dicho que se
podrían mandar, se echa un atrás. O bien se lanza el globo sonda de una rebaja
del IVA en tal sector, por ejemplo a las entradas de cine: si gusta en las redes la idea, adelante
a toda vela.
9. Principio
de silenciación: pasar de puntillas en los asuntos en que no se tienen
argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario, también con
contraprogramación y la ayuda de medios de comunicación adictos. Ejemplo: no hablar de la corrupción el PP, o lo mínimo, sin
entrar en detalles; y si te pillan con el carrito del helado, pasar a otro tema
o decir que la corrupción es humana, y que el principal perjudicado es el
propio PP (por lo de Bárcenas y Lapuerta, sin ir más lejos). El PSOE: los ERE
ya no existen si es que existieron, etc…
10. Principio
de la asimilación: en general, la propaganda opera siempre a partir de un
sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o fundacional o un conjunto
de odios y prejuicios atávicos; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar
en actitudes primitivas, primigenias, idiosincrásicas. Ejemplo: el PP: España
es una gran nación (explotando el complejo de inferioridad-superioridad, que es
el mismo, tradicional en el español de a
pie). El PSOE: “somos el partidos de los hombres que amaban a las mujeres”; la
paridad a rajatabla, la discriminación positiva: así tiene lazado al votante femenino progresista, y al mismo tiempo, al “varón
domado”. Ciudadanos: somos jóvenes y con futuro y no queremos que nos lo roben.
Todo el mundo se siente joven, de hecho cuanto mayor es uno más joven se
siente, y eso bien los saben los publicistas. Y Podemos: somos el Imagine de John Lennon, un mundo sin
guerras y sin clases sociales, love and
peace. ¿Qué sociedad no sueña con esto cuando está colocada, ya sea de
botellón, de hierba, o de carajillos.
Y el
undécimo principio: el principio unanimista, que es lograr convencer a mucha
gente de que se piensa “como todo el mundo”, creando la impresión de unanimidad:
aquí se me permitirá un excurso catalán: todos los catalanes quieren la
independencia, o al menos el derecho a decidir si quieren ser o no... (....españoles,
mayormente). No importa que sean el 47,8% los que fueron a votar por el Sí a la independencia; son “todos los catalanes”.
Es en verdad
impresionante constatar cuán vigente sigue hoy en día este undecálogo de
propaganda… nazi.
Lo pergeñó un señor llamado Joseph
Goebbels.