sábado, 30 de diciembre de 2017

De más y de demos

Unas notas sobre los resultados de las elecciones, ahora que son definitivos, tras el voto CERA.


Al final votó el 79%, por debajo de las expectativas demoscópicas infladas, que hablaban de llegar hasta el 85%  (al final sólo voto un 4% más que en 2015), y un punto menos que el récord de participación del año 82, cuando el tsunami de Felipe González.

El mito del abstencionismo totalmente constitucionalista cae: más de uno de cada cuatro abstencionistas votaron por opciones independentistas.

De hecho el 21-D hubo cien mil votos más independentistas. (Si bien 290 mil votos más para los tres partidos del 155).

El bloque indepe ha ganado las elecciones con mayoría absoluta, que era lo que perseguía evitar la faceta política y electoral de la aplicación del artículo 155: la pérdida de esa mayoría, que está en 68 escaños.

Perdió el bloque indepe sólo dos escaños (de 72 pasa a 70) y mantiene la mayoría absoluta, lo que se la da también en la Mesa: 4 de los 7 miembros.


El bloque Junts pel Sí Bis, es decir el Govern saliente, formado por dos listas esta vez, las dos con independientes junto al núcleo de ERC y PdCAT han mejorado en votos y escaños. Pasan de 62 a 66 escaños, y sobre todo, ganan en comodidad para gobernar. Por un lado, ya no dependen de la CUP para todo, como ocurría en la legislatura anterior, pues antes necesitan de su concurso activo para hacer frente a la oposición: 62 escaños quedaban por debajo de la suma de todos los demás partidos no independentistas, que sumaban 63 escaños.
Ahora, con 66 escaños superan a la suma de C's, PSC, PP y... Colau, que arroja 65 escaños.
Esto significa que el Govern saliente puede ser investido, hacer frente a mociones de censura y aprobar leyes sin necesitar  necesariamente los votos favorables de la CUP., como sí los precisaba en la legislatura anterior.
La CUP ya no podrá hacer caer gobierno ni marcará la hoja de ruta del Govern.
Éste es el partido perdedor dentro del bloque independentista: ha sido fagocitado por ERC, no se sabe si por su radicalidad, por el voto útil que suponía ERC, o porque  la CUP no presenta credenciales de represaliado por el 155 como las dos formaciones del Govern. O por una combinación de los tres factores, probablemente.

En resumen; menos es más. Menos escaños, pero más poder y margen de maniobra.

En resumen, en cuanto al bloque ganador de las elecciones: han logrado unos resultados excepcionales, derrotando todas las expectativas que había albergado el bloque constitucionalista. No sólo no pagan por su desastrosa gestión de los dos años anteriores y su descabellada hoja de ruta secesionista y las consecuencias económicas que ha supuesto (paro y huida de 3000 empresas que son la mitad del PIB local), sino que salen reforzados y ampliando su base social y electoral. El único punto negativo que cosechan es la victoria, simbólica sobre todo, en votos y escaños, de una lista constitucionalista, la de Ciudadanos. Pero incluso a ese lunar le sacan rédito, pues al producirse en detrimento del PP, que queda fagocitado por los naranjas, esto les permite sostener el relato de que el partido del Gobierno ha ido a por lana 155 veces y ha acabado trasquilado 155 veces, más aún: descabezado. Rajoy es el gran derrotado.

Last but not: la victoria del bloque independentista tiene un valor inestimable en la internacionalización del Procés: confirma a ojos del mundo que el pueblo catalán sigue por la labor de la República. Y presagia la permanencia en el poder de una coalición que buscará el bis, esto es la República, aunque sea esta vez por otras vías, no unilaterales.

En el campo constitucionalista, la debacle queda maquillada por la meritoria victoria de Ciudadanos, lista más votada y con más escaños en Cataluña, que supera  así sus ya buenas expectativas. Sin embargo, el desastre constitucional no tiene paliativos: el bloque del 155 no sólo no puede gobernar sino que ni ha logrado hacer perder la mayoría absoluta al independentismo.  Mejora en votos y escaños, pasando de 52 a 57. Pero esos 57, sumados a los de Colau, dan los 65 escaños que no sirven para hacer frente a lo 66 del Govern, cosa que sí hacían los antiguos 63 (frente a los 62 de Junts pel Sí). Es decir, hoy desaparece la capacidad que tenía la oposición de oponerse a las políticas del Govern.

Más escaños es menos poder, en este caso.

La victoria de C's es una buena noticia sólo para el propio partido (es la primera vez que gana una mujer en España unas elecciones importantes, regionales, sin el lastre de la corrupción de su partido), pero no para el bloque constitucionalista en Cataluña, que sigue siendo minoritario.

Supone, eso sí, una victoria simbólica del unionismo y la visibilización de un minoría no soberanista que andaba asustada por las calles de Cataluña  y por las teles y radios públicas.
Sin embargo, hay que desmontar el excesivo triunfalismo naranja; no es cierto que sea la primera vez que gana en Cataluña una fuerza constitucionalista (lo hizo el PSC de Maragall); no es cierto que con otro sistema electoral podría gobernar con los otros dos partidos del bloque del 155, no es cierto que eso en Tabarnia se lograse tampoco. Bastaría en cualquier otro escenario electoral, nuevo sistema u otros distritos y repartos, con que ERC y PdCAT reeditaran una lista conjunta tipo Junts pel Sí para que C's dejara de ser la lista más votada, y todo la leche de la lechera naranja se derramaría y con ella su cuento.
De hecho, de haber habido un Junt pel Sí Bis formal esta vez, estaríamos hablando apenas de que C's se ha comido al PP, y poca cosa más. Y ni se plantearía que Arrimadas tenga que decidir si se presenta a la investidura o no.

La victoria de Arrimadas tiene una lectura sobre todo estatal: su victoria en Cataluña impulsa a su partido, que estaba ya en vena, probablemente por oponerse al cupo vasco,  y ya está amenazando la primacía del PP en las próximas elecciones municipales y, sobre todo, en las generales: C's estaría en disposición de ganarle al PP. Y hasta podría elegir socio para gobernar. el propio PP o el PSOE. Nunca ha tenido Rivera más cerca la Moncloa que hoy.
Se masca el final de ciclo del PP, con un líder agotado, un walking dead, que llevará a su partido al fracaso.


En resumen, el bloque del 155 está hoy peor que ayer en Cataluña.

El partido del Gobierno queda desmoronado, al borde de la desaparición, condenado al Grupo Mixto y a la más absoluta irrelevancia.  Rajoy y su vicepresidenta han perdido su apuesta y ven derrotada su gestión de la crisis. Se lleva todo el rédito del 155 su rival politico, C's. Una derrota  10 a 0 para el PP.

El PSC sale también derrotado con un resultado abultado a pesar de mejorar un poco en votos y haber ganado un escaño: no es decisivo, no es árbitro, no es el punto de encuentro, no es nada. Nada de nada. Además su mejora se hace a cuenta de los democristianos de Unió incrustados en sus listas, ni siquiera se debe a un aumento real del voto socialista.


Por último, Colau y aledaños: sus resultados son también pésimos. Aspiraban a ser el árbitro, en consonancia con su cacareada y falsa equidistancia (ni DIU ni 155).  Pierden votos y escaños. Son irrelevantes y además perjudican a Podemos en el resto de España. Ganaron las elecciones generales en Cataluña en 2016, y son ahora la 5ª fuerza política.  Un desastre sin paliativos. Colau deberá salir de su ambigüedad si no quiere perder relevancia.


Finalmente: se confirman las dos hipótesis sociológicas más duras para la Cataluña democrática: los independentistas siguen en el poder, mas cómodos que antes, y con más épica, al presentare como victimizados ahora por el 155. Y todo indica que seguirán en el poder muchos años.
Y, por otro lado, se verifica que hay una mayoría social, que si no es independentista es, cuanto menos, soberanista.  Computar los votos de Podem como votos constitucionalistas, como hace mucha prensa nacional, es una aberración. En Comú Podem es un partido inequívocamente  anticonstitucionalista y soberanista, por mucho que  gran parte de sus votantes pudieran votar NO a la independencia.
Todos los votantes del bloque indepe, más los votantes de Colau, abogan pues por una salida al conflicto que pase por un referéndum de secesión. Según el CEO de julio pasado, la única encuesta pública que planteó la pregunta, y corroborado por varios institutos,  por ejemplo GAD3 para La Vanguardia en septiembre, más del 70% aproximadamente de catalanes querría esa consulta, lo cual supone añadir a muchos votantes socialistas también.

Por mucho que el Sí a la independencia fuera más que dudoso en dicha consulta (el mismo CEO le da en torno al 45%), lo que no se puede discutir es que la única mayoría social clara en Cataluña es la favorable a que haya tarde o temprano una consulta.

Una mayoría clara del pueblo catalán se considera pues un demos soberano con derecho a decidir sobre su futuro político autónomamente.

Ver Las tres "Cataluñyas" de Galindo.


Quien no entienda esto no dará con la clave para que Cataluña pueda abandonar algún día la senda separatista.

...

Al final tenía razón Herrero de Miñón en 2014; era preferible un referéndum, consultivo, limitado a Cataluña, y que cabía además como tal, consultivo, en la CE,  y que se podría ganar a poco que se hiciera una buena campaña en favor de la permanencia en la UE, que permitir que el separatismo siga creciendo inexorablemente, alimentado por su victimismo de fábrica, y llegue a porcentajes en los que, como dijo Josep Piqué, "será ya imparable".



...

*
el CEO de marras, aquí.


pregunta 79.

Està a favor que es convoqui un referèndum sobre la independència de Catalunya?
Base: Total entrevistes 1500

Sí, tant si ho vol com si no el Govern espanyol 48,0%  **

Sí, però només si és acordat amb el Govern espanyol 23,4 % ***

No, en cap cas 22,6 %

No sap 4,5%

No contesta 1,5%



** Se parece mucho al 47,5% del 21-D

*** 23,4% se parece a la suma de los votos a Podem y ¡¡¡¡¿¿¿al PSC ¿¿¿!!!! y aún ha de haber votantes de otros partidos constis.







viernes, 29 de diciembre de 2017

Tabarnia

Si nos tomamos en serio esta broma de Tabarnia: Barcelona y Tarragona, y hacemos proyecciones electorales.
Con el sistema actual y los votos del 21-D, las dos provincias sumarían 103 escaños, mayoría absoluta en 52 escaños y quedaría as el desglose:
Bloque del 155
48 escaños
Bloque independentista
47 escaños
Colau’s
8 escaños


Y si usamos el nuevo reparto más justo de la propuesta de que un voto valga igual en cualquier territorio, con la nueva clave que otorgaría 114 escaños para Barcelona + Tarragona, y la mayoría absoluta en 58 escaños, se daría esto otro:
Bloque del 155
54 escaños
Indepes
52 escaños
Y Colau's, los mismos: 8 escaños
Es decir que, en todos los casos, no habría mayoría absoluta de ninguno de los dos bloques y sería el partido de Colau el árbitro.
Por lo tanto, el invento de Tabarnia y la supuesta victoria constitucionalista se basa en malos cálculos de escaños.


jueves, 28 de diciembre de 2017

El conflicto que no cesa

La prestigiosa revista Foreign Policy lleva este largo artículo sobre el asunto catalán.

Aquí.


Y aquí en tradu exprés:



La crisis catalana no ha hecho más que empezar




El primer ministro español intentó, y fracasó, en su pulso con Cataluña. El resultado es un estancamiento duradero.


Desde octubre, en toda Cataluña, las farolas, puentes y fachadas han sido decoradas con cintas amarillas. No es una tradición navideña, sino una muestra de solidaridad con dos políticos independentistas y dos conocidos activistas que llevan casi dos meses en prisión preventiva. En general, el amarillo se ha convertido en el color de la resistencia en esta comunidad autónoma, cuyo gobierno fracasó en su intento de independizarse de España el pasado mes de octubre. Y es este espíritu de resistencia lo que explica los resultados de las elecciones regionales de la semana pasada.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, convocó las elecciones autonómicas después de que el gobierno catalán celebrara su propio referéndum de independencia el 1 de octubre. Madrid declaró ilegal el referéndum, que arrojó una amplia mayoría independentista. El gobierno español envió a la policía antidisturbios, camuflada, para que asaltara los centros de votación y confiscara las urnas, y luego pidió una nueva elección "legítima". Rajoy había esperado que una derrota de los partidos independentistas en unas elecciones sancionadas por el gobierno central español resolviera el conflicto catalán; estaba equivocado.
Contra todo pronóstico, los tres partidos independentistas ganaron juntos la elección regional del 21 de diciembre con cerca del 48 por ciento de los votos y una participación cercana al 80 por ciento, lo que les permitió mantener la mayoría absoluta en el Parlamento catalán. Estos resultados fueron una bofetada en la cara de Rajoy. Por si fuera poco, su Partido Popular casi desaparece en Cataluña, obteniendo sólo cuatro de los 135 escaños. Sus rivales de la derecha española, el partido Ciudadanos, obtuvieron 36 escaños, un resultado impensable hace unos años.
En la semana después de la votación, los nacionalistas españoles preguntados por  la prensa no han sido amables con Rajoy. Sostienen que fue un error pedir una elección apresurada pocas horas después de suspender el autogobierno catalán a finales de octubre. Sin embargo, en ese momento, Rajoy no tenía otra opción. Una suspensión sostenida de la autonomía catalana, la solución preferida de los nacionalistas españoles más duros, podría haber llevado a un enfrentamiento civil.
A pesar de todas sus errores recientes, la metedura de pata del primer ministro español llegó mucho antes, cuando no abordó los agravios del gobierno catalán, como las políticas fiscales injustas o la falta de reconocimiento de la identidad nacional catalana.
Durante mucho tiempo, Rajoy pareció comprar la llamada teoría del suflé, que sostenía que el movimiento independentista crecería pero al final se desinflaría y, por lo tanto, no había necesidad de hacer concesiones. Visto desde esta perspectiva, el repentino auge del movimiento en 2012 estuvo vinculado a la recesión española y, naturalmente, se debilitaría junto con la recuperación económica. Pero el conflicto tiene raíces mucho más profundas, y su principal desencadenante fue el fracaso del proceso de ampliación de la autonomía catalana hace una década. Durante los debates de la nueva ley de autonomía a mediados de los años 2000, el Partido Popular de Rajoy lanzó una fuerte campaña contra el estatuto, que condujo al boicot de los productos catalanes, enfureciendo a la mayoría de los catalanes. Una vez aprobada el estatuto por los parlamentos catalán y español, el Tribunal Constitucional anuló varias de sus principales disposiciones, como el artículo que reconocía a Cataluña como "nación".
Una vez que se hizo evidente que el movimiento independentista no iba a desaparecer, Rajoy optó por ignorar a sus líderes y dejar que el sistema judicial se ocupara de cualquier cuestionamiento de la autoridad del Estado español. Como resultado de esta política, el presidente catalán exiliado, Carles Puigdemont, se encuentra ahora en Bruselas y su vicepresidente, Oriol Junqueras, en prisión. Se enfrentan a posibles penas de prisión de 30 años, a pesar de no haber utilizado nunca la violencia. Más de 100 prestigiosos juristas españoles han afirmado que los cargos de "sedición" y "rebelión" contra ellos son infundados, y muchos catalanes los consideran presos políticos. Sin embargo, en lugar de buscar una solución política para lo que es un problema político, Rajoy ha dejado que el conflicto se agrave y lo ha tratado como un problema de "ley y orden". Y al externalizar la resolución del conflicto catalán al poder judicial, corre el riesgo de perder el control de los acontecimientos.
Los líderes secesionistas no están exentos de culpa. El peor error del gobierno catalán fue promover una declaración de independencia tras un referéndum con un 43 por ciento de participación. El argumento de que este porcentaje habría sido más alto si la policía española no hubiera reprimido brutalmente a los votantes no legitima semejante absurdidad. Las consecuencias de la declaración unilateral fueron fáciles de predecir: ningún país reconoció la nueva "república", se suspendió el autogobierno y la sociedad catalana se dividió más amargamente entre ciudadanos independentistas y antiindependentistas.
En una  infrecuente muestra de autocrítica, los líderes independentistas catalanes reconocieron algunos de sus errores durante la campaña electoral. "El gobierno catalán no estaba preparado para imponer la independencia", declaró desde Bruselas Clara Ponsati, ex consejera de Educación. Las dos coaliciones secesionistas más grandes, Junts per Catalunya y Esquerra Republicana de Catalunya, que juntas obtuvieron 66 escaños y se espera que formen el nuevo gobierno regional, han declarado la necesidad de negociar con Madrid y han rechazado la idea de una solución unilateral al conflicto.
Si bien se trata de una evolución positiva que puede aliviar las tensiones, es poco probable que haya un diálogo serio entre ambas partes. Para empezar, el auge de Ciudadanos en las encuestas de opinión amenaza la hegemonía que el Partido Popular de Rajoy ha tenido en España desde finales de los años ochenta, lo que probablemente conducirá a una guerra de pujas nacionalistas entre los dos partidos. De hecho, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ya ha acusado a Rajoy de ser demasiado blando con los secesionistas. La agitación de sentimientos anticatalanes siempre ha sido una estrategia electoral exitosa para los políticos de derechas españoles, así que es difícil imaginarlos abandonándola ahora.
El escenario más probable para el futuro previsible es un conflicto enconado. Ninguna de las dos partes parece ser capaz de "ganar", y Madrid rechaza cualquier mediación de la Unión Europea. Canadá y el Reino Unido adoptaron un enfoque alternativo. Ambos países celebraron referendos de autodeterminación para abordar demandas similares de Quebec y Escocia. Y en ambos casos, los secesionistas perdieron y las tensiones se disiparon.
Madrid también podría ganar esa votación si hiciera algunas concesiones, como ofrecer más autonomía fiscal y política a Cataluña. Sin embargo, Rajoy se ha negado a discutir siquiera las condiciones en las que tal votación podría tener lugar, insistiendo en que la ley lo prohíbe. Pero si el gobierno español se tomara el asunto en serio, no sería tan difícil enmendar la constitución para permitirlo.
La otra solución a largo plazo sería convertir a España en una confederación con pleno reconocimiento de sus minorías nacionales. A diferencia de un referéndum, tal cambio no crearía ganadores y perdedores. En conversaciones privadas, algunos políticos catalanes independentistas dicen que podrían aceptarlo como un compromiso. Sin embargo, los líderes españoles no parecen estar preparados para ello; este cambio obligaría al Estado español a repensar la forma en que se ha definido a sí mismo durante los últimos tres siglos. La Confederación había funcionado razonablemente bien en el pasado. Este fue el arreglo entre Cataluña y España desde el matrimonio de la reina Isabel de Castilla y el rey Fernando de Aragón a finales del siglo XV hasta la Guerra de Sucesión a principios del siglo XVIII.
Hasta ahora, la clase política española no ve la necesidad de pagar un precio tan alto para acabar con la "cuestión catalana". Muchos políticos e intelectuales españoles consideran que el conflicto en Cataluña es un dolor crónico, pero no una enfermedad mortal que realmente amenace la integridad de la nación. Pueden acertar por ahora, dada la polarización de la sociedad catalana.
Pero la independencia de Cataluña no se puede descartar a largo plazo si el gobierno español sigue confiando en los analgésicos en lugar de proponer un verdadero remedio. Según las encuestas, además del 50 por ciento aproximadamente que quiere la independencia, al 20 por ciento de los catalanes les gustaría tener más autonomía; juntos, representan una clara mayoría contra el statu quo. Además, el apoyo a la independencia es más débil entre los votantes de más edad, probablemente porque muchos de ellos nacieron en otras regiones de España e inmigraron a Cataluña durante el boom económico de los años sesenta. Por lo tanto, el apoyo a la independencia podría crecer simplemente debido al cambio generacional en los próximos 20 años.
Sin embargo, en estos momentos, el Primer Ministro Rajoy y sus adversarios políticos tienen preocupaciones más acuciantes que la aparición de una hipotética amenaza en 2040; España está siendo liderada actualmente por un gobierno minoritario, y la perspectiva de unas elecciones anticipadas es muy probable. Por eso el conflicto entre Cataluña y España no tiene un final a la vista.


Ricard González es periodista y analista especializado en el mundo árabe y la política catalana. Es autor del libro Ascenso y caída de los Hermanos Musulmanes.


Sistema justo y necesario

Una interesante propuesta de redistrobuir los votos de manera justa y proporcional.

Aquí.



No he podido reprimirme y he calculado qué resultados se habrían dado con ese reparto proporcional de escaños más justo, que hace que todos los votos valgan sensiblemente lo mismo, se emita el voto donde se emita en Cataluña.
La nueva clave de reparto es:
Barcelona 100 escaños (85 ahora), Tarragona 14 ( 18 ahora), Gerona 13 (ahora 17) y Lérida 8 (ahora 15).
Pues bien, el reparto en escaños con el actual sistema D’Hondt habría sido el 21 de diciembre éste, con un diferente reparto por provincias de los escaños obtenidos, para algunos partidos:

Cs: 36 (igual) (27 BCN- 3 GIR-5 Tarr- 1 LL)
Puigdemont: 32 (-2 escaños) (20 BCN- 6 GIR- 3 TARR- 3 LL)
ERC: 31 (-1 escaño) (21 BCN- 6 GIR- 3 TARR- 3 LL)
PSC: 20 (+3 escaños)  (16 BCN- 1 GIR- 2 TARR- 1 LL)
CC: 8 (igual) (8 BCN- 0+0+0)
CUP: 4 (igual) (4 BCN + 0 + 0 + 0)
PP: 4 (igual) (4 BCN + 0+0+0)

Esto supondría que:
El PSC ganaría 3 escaños.
Puigdemont perdería 2 escaños.
ERC perdería 1 escaño.
El bloque del 155 tendría pues más escaños: 60 (en vez de los 57 actuales)
El bloque independentista, 3 menos, esto es 67 (en vez de los 70 actuales) y perdería por lo tanto la mayoría absoluta.
CC-Colau’s: los mismos 8 …PERO tendrían la llave.
Al ser los colautas lo que son, es decir que no investirían ni a Arrimadas ni a un indepe, iríamos probablemente a repetición de elecciones.

lunes, 25 de diciembre de 2017

Voto exterior e interior

El voto exterior ha doblado... y sigue siendo insignificante, asquerosamene bajo.
 Abstención del 88% de los catalanes del exterior.
 Aun y así ha cambiado un escaño de dueño. Pero se parece bastante al voto de la Cataluña interior. En el doble sentido.
¿Qué podría pasar si votara en serio?

Aquí los guarrísimos guarismos.

La province catalane

Las cifras muestran cosas.

Los tres primeros partidos de España, PP, PSOE e Unidos Podemos  han quedado el  séptimo,  el cuarto y el quinto respectivamente en Cataluña.
Si en las cortes representan estos tres el 85% de los escaños, en la Ciudadela, nunca mejor dicho, son sólo el 21% de los escaños.

Si nos fijamos en los partidos constitucionalistas (Unidos Podemos no lo es, impugna la CE, y Podem impugnado el 155 ante el Supremo), PP, PSOE y C's, representan en el Congreso el 75% de los escaños. En la Ciudalela, el 42%.



En estos dramáticos desfases está la clave de lo que ocurre en "la province catalane"  como aún la llana la prensa francesa.

 Si las esquerra-convergència hubiera ido en lista única, como en 2015, es decir como la "llista de Govern" que se formará en unos días,  habría obtenido el mismo número de votos aproximadamente, el mismo o más número de escaños, y además habría arrebatado la victoria simbólica a Arrimadas, que de tan simbólica que es no le permite ir a una investidura por el pavor a contar solo con 36 votos y 4 abstenciones, de los 135 votos emitidos. El respingo naranja hay que leerlo en clave estatal, no autonómica. tocan las campana para el PP, y al PSOE no le llega la camisa al cuerpo. Iglesias también se hace cruces.
Rivera podrá elegir socio de gobierno para ocupar la Moncloa en un par  o tres de años.

El indepentismo ha ganado en escaños y votos frente al 155 (le saca 13 escaños, 70 vs 57 y cien mil votos) y está encantado con estos resultado y un Rajoy Sorayesco, descabezador... descabezado. Sigue subiendo inexorable, cien mil votos más que en 2015.

Pero la esquerra-convergència ha ganado todavía más y aún más encantada está: no depende de la CUP para nada: con 66 escaños podría ser investida, governar, resistir mociones de censura y lo haga falta.

De estas elecciones han salido unos panes como 155 ostias en la province catalane.
Y así lo ha visto la prensa extranjera de todas las tendencias.











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sábado, 23 de diciembre de 2017

Todas las oportunidades de diálogo

El gobierno de Merkel sobre las recientes elecciones catalanas.

Aquí en VO.


Aquí en exprés:


Superar la división actual

Tras las elecciones regionales, el gobierno alemán confía en que "conseguirá superar la actual división de Cataluña y forjar un futuro común con todas las fuerzas políticas de España". Según la vice portavoz del gobierno, Demmer, todas las opciones para la desescalada deben ser utilizadas.

Las elecciones regionales fueron consecuencia de los "acontecimientos conocidos, en particular la declaración unilateral de independencia del parlamento catalán", dijo el viernes la viceportavoz del Gobierno, Ulrike Demmer. Como resultado de las elecciones, los separatistas volverían a ocupar una vez más la mayoría de los escaños del parlamento autonómico catalán.

Forjando un futuro común con todas las fuerzas

Ahora les corresponderá a los parlamentarios formar un gobierno, dijo Demmer en la Conferencia de Prensa Intergubernamental. "Esperamos que consigamos superar la actual división de la sociedad catalana y forjar un futuro común con todas las fuerzas políticas de España. Cualquier gobierno deberá actuar sobre la base del Estado de Derecho y de la Constitución española.

Demmer destacó:"Desde el punto de vista del Gobierno Federal, sigue siendo importante lograr la reconciliación dentro de la sociedad española en interés de todos los españoles, y en el marco del ordenamiento jurídico y constitucional del país". El Gobierno Federal confía en que todos los actores españoles persigan este objetivo y aprovechen todas las oportunidades de diálogo y desescalada.

viernes, 22 diciembre de 2017"


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viernes, 22 de diciembre de 2017

Rajoy según Le Monde

Editorial de Le Monde.

Aquí en VO, moyennant finance.


Aquí en exprés.

La apuesta perdida de Rajoy


Mariano Rajoy acaba de sufrir una severa derrota en Cataluña. Cuando el 27 de octubre, en respuesta a la declaración unilateral de independencia del Gobierno catalán, el presidente del Gobierno español suspendió la autonomía de la región y convocó elecciones anticipadas, el presidente del Gobierno español esperaba romper el impulso del movimiento independentista. Su vicepresidenta, Soraya Saénz de Santamaría, incluso se jactaba de haberlo "descabezado".

El jueves 21 de diciembre, los electores catalanes decidieron las cosas de otra manera. Con 70 de 135 diputados, los partidos nacionalistas conservan la mayoría en el Parlamento catalán, aunque pierden dos escaños y tiene un techo del 47,5% de los votos, casi al mismo nivel que en 2015. Más humillante aún para Madrid, el Partido Popular del Sr. Rajoy sólo mantiene tres diputados en el Parlamento de Barcelona. Por supuesto, nunca fue un partido dominante en la región, pero en 2012 todavía ocupaba 19 escaños, y Rajoy no escatimó esfuerzos, viniendo más a menudo de lo habitual a Cataluña para apoyar a sus candidatos". "Estamos en el lado bueno de la historia", dijo, felicitándose a sí mismo hace sólo dos días.

Sobre todo, el partido del Primer Ministro se ha visto superado con mucho por Ciudadanos que, con el 25% y más de un millón de votos, se convierte en el primer partido catalán y se afirma cada vez más a nivel nacional como el joven rival de centro-derecha del viejo Partido Popular minado por los casos de corrupción. "España debe tener una visión de futuro que entusiasme a todos los españoles", dijo su presidente Albert Rivera, que está a favor de las nuevas elecciones nacionales, mientras Rajoy encabeza un gobierno minoritario.

¿Qué harán los independentistas con su éxito?
El ex presidente regional, Carles Puigdemont, fue destituido por Madrid a finales de octubre y se exilió a Bélgica aparece como el vencedor de los comicios. Está por delante de su ex vicepresidente Oriol Junqueras, líder de la izquierda republicana catalana (ERC), que tuvo que hacer campaña desde la cárcel. A pesar de que el Sr. Puigdemont corre el riesgo de ser detenido por "rebelión, sedición y malversación de fondos públicos" si regresa a Barcelona, las urnas lo imponen como presidente potencial de Cataluña.

Además, el ex presidente catalán ya no es el rehén del partido de extrema izquierda pro Independencia, la CUP, que ha perdido a seis de sus diez diputados y que ya no es árbitro. Con sesenta y seis miembros electos, y con la condición de que logren llegar a un acuerdo, los partidos del Sr. Puigdemont y del Sr. Junqueras tienen un escaño más que los partidos antiindependentistas. Pueden buscar el apoyo de Podemos, hostil a la independencia pero favorable a un referéndum de autodeterminación.

¿Qué harán los independentistas con su éxito en una Catalunya dividida por la mitad? "La República Catalana ha derrotado a la monarquía del artículo 155", dijo Puigdemont, refiriéndose al artículo de la Constitución que permitía a Madrid tomar el control de la región. Pero ni él ni los representantes de ERC mencionaron una declaración unilateral de independencia en la noche de las elecciones. Están enviando el balón de vuelta a Madrid. "O Rajoy cambia las recetas o nosotros cambiamos de país", añadió Puigdemont, lo cual es una forma de decir que la independencia no es la única salida de la crisis.

El diálogo de sordos entre estos dos líderes incapaces de hablarse es una de las causas de la violencia, principalmente verbal, que se ha extendido por Cataluña durante los últimos tres meses. Pero en esta región fracturada, la salida no puede ser la confrontación de dos campos irreconciliables. Los electores catalanes votaron abrumadoramente (participación cercana al 82%) y expresaron la diversidad de sus opiniones, que no se puede reducir a un debate maniqueo entre los independentistas y los "unionistas".

El Sr. Puigdemont envió un mensaje al Primer Ministro español: "¡Sr. Rajoy, haga política!".  Conocido por su actitud expectante, el interesado tendrá que forzar su naturaleza y hacer propuestas en Barcelona. Ese es el significado de la votación del 21 de diciembre. Es también el significado de la Historia.

...

 ¿Rajoy hablará con el candidato in pétore Puigdemont?
Tal vez... cuando sea investido, insinúa, pero antes que venga a España.
Es decir que prevee un visita en vis a vis en Estremera.


Dos o tres mentiras

El primer telediario de TVE tras las elecciones empieza con dos mentiras gordas (pareciéndose con ello cada vez más a TV3.


"Los constitucionalistas han conseguido 150 mil votos más que los independentistas".


Falso: meten en el campo constitucionalista a los 320 mil votos de Podem, partido que ha impugnando el 155 ante el supremo.

"ERC y Puigdemont necesitarán a la CUP para lograr la investidura".

Falso; con 66 escaños, Puigdemont y Junqueras no necesitan el apoyo de la CUP para la investidura del Govern saliente destituido; en segunda vuelta, esos 66 escaños bastan frente a los 65 escaños de C's, PSC, PP y... Colau.


Claro que TVE tiene un maestro en esto: Rajoy en la rueda de prensa de hoy: "Los independentistas van perdiendo apoyos...".

Falso, obtuvieron ayer 88 mil votos más que en 2015.






martes, 19 de diciembre de 2017

Es la ley electoral, necios

La madre de todas las reformas es la de la ley electoral.
De ésta puede resurgir la regeneración democrática, y no de la reforma de la CE ni un Senado germanizado.

Aquí lo analizan los autores.


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Sólo C's y Unidos Podemos piden esa reforma con cáracter de urgencia. Debería ser un previo irrenunciable para cualquier pacto de investidura, municipal, autonómico o estatal.

lunes, 18 de diciembre de 2017

Expañoles

El voto de los españoles en el extranjero es bajísimo, por culpa de la ley de 2011.

Ahora repunta un poco entre los catalanes.

Pero el doble de casi nada sigue siendo casi nada.

Aquí.


El periodista omite el date clave: lo que representan  en % estos 38 mil catalanes que ruegan votar.
Quien no lo sepa, creería que la participación exterior rondará el 80% , como en Cataluña, cuando no llega al 18%...

jueves, 14 de diciembre de 2017

Fuentes del revés

Bien está que la prensa haga su trabajo y si procede publique lo que considere relevante si la fuente es plausible.
Mal está que quien filtre a la prensa sean los funcionarios.
Peor que lo filtre la institución, y estamos a dos dedos.

Aquí el decano cronista oficial de tribunales, en activo.


Aquí.



Una vida nada sosa

Conversando con Sosa.

Aquí.


¿Se puede ser socialdemócrata y liberal?

Poder ser, se puede, si bien un liberal "ortodoxo" lo negaría, y lo mismo un "ortodoxo" socialdemócrata.

Pero un heterodoxo, como Sosa, puede ser ambas cosas y más.















domingo, 10 de diciembre de 2017

martes, 5 de diciembre de 2017

Extraño CIS

Encuesta del CIS que desmiente todas las encuestas publicadas en los últimos días y en la de hoy de la Sexta.

Aquí.

En página 24, el paso del voto directo a estimado de C's, con un coeficiente ponderador casi tres veces superior al de todos los demás partidos.

Nada en los recuerdos de voto, en las simpatías, ni en los "quién cree que ganará",  lo que se conoce como "cocina", justifica que C's pase de 13,2% de voto directo a 22,5%. Nada. Con los números, no se explica.

Con los promedios aplicados a los demás partidos, pasaría a 17,5%.

Esos 5 puntos regaladas no tiene base numérica alguna.

La prueba es que es suficiente excluir a C's de todos los posibles promedios ponderados con  cualesquiera coeficientes respecto de todos los demás partidos, para ver que es el único partido dopado.


Pero basta con saber que hay un margen de error de +-3% para que este CIS que da la victoria a C's huela a propaganda.

Flaco favor para el partido, por lo demás, tradicionalmente frustrador de estimaciones de voto hinchadas. Esa victoria cocinada por el CIS sólo puede atraerle mal fario y provocar voto anticonstitucionalista durmiente.












domingo, 3 de diciembre de 2017

Belgicaneando

Puigdemont tuvo por fin anoche su charla de sofá con los flamencos organizada por De Standaard.

Aquí en neerlandés algunas perlas.

Aquí en tradu exprés:

"Esperaba que la UE respondiera..."


"Cuando pedimos la independencia, pensé que habría un proceso político, lo cual sería normal, no que hubiera una represión legal de Madrid" comentó el depuesto primer ministro catalán Carles Puigdemont el sábado por la noche durante una entrevista auspiciada por De Standaard.
Carles Puigdemont no se deja intimidar fácilmente, como pudieron comprobarlo los periodistas de De Standaard Corry Hancke y Annelien De Greef durante la entrevista. En la pregunta introductoria sobre cómo se encontraba, respondió inmediatamente: "Prefiero estar aquí con ustedes como hombre libre que en España en prisión". Con eso se refería a los ocho ministros de su gobierno que también fueron depuestos después de la declaración de independencia y que se hallan encarcelados. Podrían recobrar la libertad este lunes para que puedan hacer campaña libremente.
Según él, sus colegas están encarcelados, y existe una orden de arresto europea contra él, porque  según Madrid han violado la Constitución española al declarar la independencia. Pero él no acepta el argumento: "La constitución consiste en algo más que uno o dos artículos. Hay otros artículos que garantizan derechos democráticos fundamentales".
Puigdemont no cree que haya abandonado a su pueblo al huir a Bruselas, antes al contrario; también niega que la mayoría de los catalanes no quiera independizarse. "Los partidos que realmente se opusieron a una consulta en 2015 obtuvieron solo el 30 % de los votos", dijo. "Una Cataluña independiente mostraría su solidaridad con España; Cataluña necesita esa independencia para garantizar su prosperidad y fortalecer su economía. Son especialmente los muchos impuestos que se pagan a España, y lo poco que recibe a cambio en Cataluña, lo que está molestando". Sin embargo, no se trata solo de dinero: "Como país independiente, estamos dispuestos a mostrar solidaridad con España y apoyar a sus regiones más pobres. Pero lo que pedimos sobre todo es respeto". Lo que el Gobierno español debería haber entendido, afirma, es que el referéndum expresaba la voluntad del pueblo. Debería haber sido pactado para llegar a una solución política. "No esperábamos esa represión legal y violenta". "Tampoco somos ingenuos, sabemos que será un proceso largo y difícil. Pero Madrid debe reconocer lo que realmente es la voluntad de la gente. Nadie nos pregunta cuál es nuestro proyecto. Y todavía sigo esperando la respuesta de la UE". Puigdemont ya se sintió muy decepcionado por la falta de apoyo de la UE a la declaración de independencia de Cataluña: "No esperábamos que la UE nos reconociera de inmediato, pero esperábamos una respuesta de las Instituciones europeas pues los derechos fundamentales de millones de sus ciudadanos están siendo violados". ¿Si gana las elecciones, declarará la independencia nuevamente? "Quiero continuar el proceso que no pudimos desarrollar el pasado 3 (sic) de octubre, y que se inició en 2015", concluye, con cautela.


...


"Explicando la diferencia entre Cataluña y Flandes", subtitula el diario flamenco y cuelga un vídeo con una fragmentos de la charla de ayer.

En una pregunta sobre qué competencias querría [para una Cataluña independiente], contestó el ex presidente que querría poder aprobar leyes para gestionar plenamente los recursos propios, económicos y fiscales. A esto la periodista le indica que eso ya casi lo tiene Cataluña, como la región de Flandes. Puigdemont afirma que no conoce bien el caso flamenco. Al decirle la periodista que eran casi las mismas competencias que las de Cataluña, en especial en materia fiscal (falso, Flandes no dispone de una policía regional, por ejemplo, entre otras competencias que no tiene), éste contestó que aspiraba a poder tener relaciones bilaterales internacionales como las que tiene Flandes con otros países (otra falsedad, por mucho que la periodista no lo sacara de su error).  Y que cuando intentó, la última vez,  tener acuerdos comerciales bilaterales con el gobierno de Flandes, la diplomacia española se lo impidió.
La periodista le pregunta entonces si esto cambiaría la vida de los catalanes: "Sí, y mucho, naturalmente", zanja la cuestión el ex.

Aquí.

¿Tiro por la culata?

Encuesta de El Español.

Aquí.


Cogiendo la peor estimación para los independentistas, estos alcanzan la mayoría absoluta de 68 escaños. Y gobernarán, y la venganza será terrible.
Los constitucionalistas, en la mejor estimación, no superarían los 60.

Grosso modo se dibuja lo que siempre se ha sabido y muchos no quieren ver: los indepes no son mayoría pero casi (en torno al 48%); los constitucionalistas con suerte puede aspirar a ser el 40%.
Y en medio tenemos a las tribus podémicas y colautas, que son anticonstitucionalistas y soberanistas y que, en buen lógica, habría que añadir a los indepes en su plan para detruir la España del 78.


Salvo milagro, o récord absoluto de participación ,como si de un referendúm de independencia se tratase, con más del 80%, las cosas son las que son.


Con estos resultados pretender que las cosas mejoren en Cataluña es mera ensoñación. Y repetir elecciones, un despropósito. Está claro que estas prematuras elecciones eran un arma de triple filo.

El PP nunca habrá cosechado peores resultados en Cataluña. Si eso no quiere decir algo, es que nada tiene ya sentido en esa región, donde la realidad parece no interesar a la mayoría.


Panorama desde el puente

Lúcido y lucido análisis de CAT sobre los extraños frutos que colgaban el otro día del puente de la autovía que cruza la Cataluña interior y el icetismo.


Aquí.



...

Se empieza con pintadas en Granollers, se sigue con muñecos boca abajo  yendo a Vic, y se acaba incendiando en Balsareny casas de españolistas.