viernes, 8 de abril de 2016

La realidad y el deseo

Lucía Méndez glosa el cabreo del PSOE ante la jugarreta de Podemos, que ya vuela por libre hacia el sorpasso.
Aquí.

Sánchez no entendió que tras el pacto con C's y la doble e insensata tentativa de investidura, o bien debía cambiar de pareja de baile o bien pedir urgentemente hora con Rajoy.

A la postre, Rajoy tenía razón: no se puede intentar gobernar sin contar con el primer partido del país.
Y ahora a recuperar los votos que se fueron a C's.

Escoba vieja barre mejor, dicen en Chile.
¿Pero la vieja escoba ha de ser necesariamente corrupta?

El buen catalán

Homenaje al editor Lara Bosch en la escuela Aula, uno de los nidos del catalanismo, desde los años 70, y luego del independentismo, que la familia Lara financió a modo.
Ayer, con Artus Mas, Puigdemont y toda la clique.
Pero el audiovisual, hecho por Planeta, exclusivamente en castellano.
El poder del dinero...
Me entero de paso por el periodista ignaro de que la escuela Aula fue "una escisión" del Lycée Français de Barcelone.
Lo que hay que leer...
Aquí.
El diario Ara también está financiado por la familia Lara, que siempre ha puesto sus huevos en todas las cestas, por si las moscas.
Así son los prohombres.




Fin de partida

Antonio Hernando comparece justo después de Iglesias.
El PSOE está indignado como una mona y se siente estafado por Podemos.
Lógica reacción del que acaba de ver que le han pispado la cartera.

A Pedro Sánchez se le acaban los recursos y los trucos.
Ya no tiene con quien hablar. Sólo con Rajoy, que es con el que menos querría hablar.



Rivera sigue confuso, con la misma sensación de víctima del tocomocho, y consolándose con una encuestas personalistas tal vez  tan halagüeñas y engañosas como las de noviembre y diciembre de 2015.
También en su día Rosa Díez y Duran LLeida fueron los líderes mejor valorados en España.

¿Por qué se sentó ayer  C's a hablar con un partido anticonstitucionalista y populista como Podemos?

¿Realmente creyó que Podemos se abstendría a cambio de nada?







Así habló Pablo Zaratustra Iglesias

Un Iglesias doliente y casi zaratústrico ha comparecido rodeado de su gente para decir que ayer le dieron calabazas PSOE y C's (que le saben a gloria).

La inteligencia política de Iglesias no es desdeñable: él fue el único de los tres líderes en acudir a la reunión de ayer.  Y eso lo engrandece frente a Sánchez y Rivera.
¿Qué otra cosa más importante tenían que hacer Sánchez e Iglesias en el día de ayer?
No sólo ha logrado titulares para todo el fin de semana (y dos semanas más a cuenta de la consultita), sino que ha dejado en evidencia a "los ausentes", que, como dice el adagio francés, "siempre están en falso".

Además, presentar 20 cesiones (lo sean o no, who cares?) es una brillante idea: la imagen del que cede es muy valorada por el electorado español menos educado, que considera que "ceder es de sabios" y una muestra de sabiduría. El buenismo sacrificial de Iglesias es altamente seductor en muchas capas de la población.
Por ello su populismo es tan peligroso.


Y rizando el rizo de la habilidad política, Iglesias traslada a sus bases (ojo, meros usuarios de una web, que cada vez que se les pregunta contestan menos, pero qué más da eso...) la decisión final sobre si procede dejar gobernar a PSOE y C's con un programa que es el de C's, poniendo en la balanza su propia cabeza en bandeja de plata, en caso afirmativo. Típico de los populismos latinos: "Si no me amáis, matadme".
Y para redondear la faena, plantea una segunda pregunta en torno a una opción de gobierno progresista y, ha dicho, "con propuestas socialdemócratas". (sic).
Socialdemócrata, ojo al parche...


La jugada es maquiavélica: Iglesias sabe perfectamente que las bases votarán que NO, que es como si los cinco millones de votantes de Podemos y el millón de IU dijeran que NO. El NO une mucho.
Y al mismo tiempo, Iglesias se sitúa como el único líder de la izquierda-izquierda en las nuevas elecciones, que es su objetivo a corto y medio plazo. Por eso se llama a sí mismo "socialdemócrata". Las palabras nunca son inocentes. Podemos ha pasado de ser un partido de izquierda radical a ser "socialdemócrata", robándole el santo y seña al PSOE.
Socialdemócrata  es un término vacío de contenido pero de amplio espectro: lo era hasta Adolfo Súarez y muchos ucedeos, lo puede ser, según y cómo, hasta C's; y dice serlo el PSOE. En definitiva, socialdemócrata es hoy estar con "la gente de pie, con la buena gente". O con "la gente"  a secas.

Podemos robará votos al PSOE y a C's en los próximos tiempos, si sigue con su moderantismo de boquilla.

A Podemos no le preocupa que siga gobernando el PP a partir de este verano; cuanto más gobierne el PP, y más si lo hace del bracito de C's, más tiempo tendrá Podemos para ir creciendo hasta convertirse en el Frente Nacional de España, un partido en Francia que capitaliza el cabreo de todos los que ven que el sistema no funciona.
El FN es ya el primer partido en intención de voto en Francia: en torno al 25% de votos en todo tipo de elecciones.
Podemos, gracias a IU,  pronto superará la barrera del 25%  de votos; y en la siguiente legislatura, Podemos hasta podría contar con la propina del apoyo del PSOE (¿un PASOK?), que se habrá convertido en la nueva IU, esto es, el pariente pobre de la izquierda.

Después de más de cien días de posturitas, Podemos está en una inmejorable situación para dejar en ridículo a las encuestas.

Iglesias Win Win lo ha conseguido: o nuevas elecciones en las que será segunda fuerza, o gobierno "a la valenciana" en el último minuto, si le dejan a Sánchez los barones del PSOE.

Está claro que este Iglesias es más listo que todos los demás líderes juntos. Sus 69 escaños habrán valido más que la suma de 123, 90 y 40 de la Grosse Koalition. Y ello porque los líderes de los otros tres partidos son víctimas de sus  propias contradicciones y ambiciones personales.

Iglesias ha sabido sacar provecho del "Yo sigo" de Rajoy, del "Presidente a cualquier precio" de Sánchez y del " Yo no apoyaré un gobierno de perdedores" de Rivera.

Ha dado por saco a todos y encima queda como el bueno. Chapó.









La patata desplazada

En las 20 contrapropuestas de Podemos (al menos no se les puede afear que no redacten documentos cada vez que pueden) el punto clave es éste:

 "dado el bloqueo de las posiciones en relación a esta materia, desplazamos el ámbito de negociación para la resolución del encaje de Cataluña en España al ámbito de una mesa de negociación integrada por En Comú Podem y PSC, comprometiéndonos a asumir como propio el acuerdo que ambas fuerzas alcancen".

Es decir,  se trata de "desplazar" la patata caliente catalana a otros, con la esperanza de que en este asunto se siga mareando la perdiz todo lo que haga falta.

La jugada es hábil, pero no cuela, básicamente porque muchos barones del PSOE no dejarán en manos del PSC, tan errático como esquizoide, algo tan importante como la unidad del país.

En el fondo, lo que hace el PSOE es un pulso a Podemos para que renuncie al derecho a la autodeterminación. Pero no parece que logre doblegar el brazo de Iglesias.

Como durante la campaña, el tema catalán, por mucho que se soslayara, está siendo la madre de todos los  (im)posibles pactos postelectorales.



Hacer normal en la política lo que es anormal en la calle

Santiago González, el mordaz e inmisericorde periodista, pone al trío  negociador de ayer en su sitio.
Aquí.

Contrariamente al tópico (los españoles somos un desastre de país pero somos muy simpáticos para los turistas, que nos adoran, por lo comunicativos y abiertos: es falso; nos ven antipáticos y malhumorados, cerrados, y temen a los carteristas que pululan por las zonas turísticas), es falsa la especie de que los políticos españoles se han negado a negociar en estos cien días largos postelectorales y lo que te rondaré.

Es más bien sencillamente asombrosa la facilidad con que se sientan en reuniones casi todos con todos.
Salvo tal vez el PP (por apestado o más remiso a escenificar corrillos), todos los demás partidos ya se han reunido casi con todos y a veces hasta en secreto.
Qué más da que unos quieran saltarse el Estado de derecho, que otros gobiernen con Bildu en el País Vasco o  con la CUP en 40 ayuntamientos catalanes, que otros se financien con dinero de Estados extranjeros criminales como Venezuela o Irán.
Negociad, negociad, malditos.
Quieren hacer normal en la política lo que es anormal en la calle.
En la calle, la gente no se junta con cualquiera y se pone de acuerdo con cualquier chisgarabís. La gente tiene principios. Más o menos acertados, pero principios.

Otro tópico falso en boca de estos políticos es: "Los españoles nos han pedido que negociemos". Es tan falso que da rubor tener que argumentarlo: el voto de casi cada español fue a un partido con la esperanza de que "ese" partido pudiera gobernar o si no, estar en la oposición. Pocos son lo que votaron pensando que con su voto iba a propiciar supuestas negociaciones con a saber quién y  a saber para qué.

Estaría bien que alguna de las encuestas al uso introdujera esta preguntita: "¿Votó usted para que su partido se pudiera a negociar? En caso afirmativo, ¿con quién?"
Lo más probable es que el encuestado dejase en blanco la preguntita, por grotesca o ininteligible,

Otra cosa es que los ciudadanos "opinen", qué remedio, sobre posibles coaliciones de gobierno postelectorales.

Pero si realmente el elector lo que pide es negociar,  entonces que en unas elecciones repetidas se presenten en bloques los partidos, según sus posibles pactos: como hizo "Junts pel Sí" en Cataluña el 27 de septiembre, en torno a una pregunta implícita.  Al menos ello tuvo la virtud de plantear una pregunta concreta. Otra cosa es que luego hicieran trampa con el resultado.

Así, por ejemplo, el PSOE y C's podrían presentarse bajo el nombre de "Juntos por el abrazo".
O bien PSOE y las Confluencias, bajo el de "A la valenciana,sí".
O el PSOE y Podemos con "Que se abstengan los indepes".
O aun PP y C's bajo la marca: "Juntos y algún día sin Rajoy".

Tal vez alguna de estas coaliciones electorales juntaría los 176 diputados del ala que hacen falta.



¿Quiere esto decir que no procede nunca hacer gobiernos de coalición?
En absoluto,  pero siempre que se sumen los votos necesarios y se respeten los principios más básicos de cada partido.

¿De qué sirve sentarse, como ayer, con Podemos que pide un referéndum de autodeterminación en Cataluña, por ejemplo, si el PSOE y C's dicen no lo van a aceptar?

¿De qué sirvió el "pacto del abrazo" y la escenificación doble de investidura si sólo sumaban 131 diputados... y lo sabían?


Unas nuevas elecciones son, por lo tanto, un mal menor, ya que el Jefe del Estado no quiere forzar, dentro de sus potestades, o aún no quiere hacerlo, o aún nadie se lo ha dicho que puede hacerlo,  un gobierno de técnicos e independientes a lo Monti en Italia.

Pero si tras unas nuevas elecciones estamos más o menos igual que ahora, cosa que no descarta, la UE debería llamar a Zarzuela. o bien Hollande y Merkel a Rajoy y a... Susana Díaz.