domingo, 14 de octubre de 2018

La carta fundacional

Antes de la carta  sobre la digitación del post anterior, Onfray había escrito esta primera carta abierta a Macron, que, supuestamente, causó la defenestración de los programas radiofónicos de Onfray.


Aquí en carne y hueso y en V.O.


Aquí en tradu exprés:


Carta abierta al Presidente

Su Alteza,
Su Excelencia,
Su Serenísima,
Mi querido Manu,
Mi Rey,

   La prensa ha informado recientemente de que designaste a un don nadie para representar a la nación en Los Ángeles. Su único título de nobleza diplomática, dicen las malas lenguas, los celosos y los envidiosos, sería un libro hagiográfico sobre tu campaña presidencial. Aparte de este hecho de armas tan poco conocido, pues nadie conoce el título de la obra, ni el de las otras obras del mismo autor, la pluma del susodicho es, en realidad, una de las que se encuentran en las partes menos nobles de la profesión: la rabadilla, porque es la que más a menudo descubre la posición de sumisión inherente a la función de las gentes de la república de las letras: la prosternación. De Sartre a BHL [Bernard-Henry Lévy] con Sarko (después de Mao), de Aragon a André Glucskmann con el mismo Sarko (después de Mao también), de Drieu la Rochelle a Sollers con Balladur (también después de Mao), de Brasillach a Kristeva con  el presidente búlgaro Jivkov (también después de Mao), los últimos cien años no han carecido de escritores talentosos.... ¡en rodilleo político!
    Philippe Besson entra en esta vieja categoría de mayordomo de pluma, pero ahora sabemos de qué plumaje está hecho este jovenzuelo. Este tipo de pluma no es la más talentosa, pero es de las más vendidas: estoy hablando del hombre, no del autor...
   Manu, nosotros entendemos que tú, que amas tanto el mundo de las letras, quieras los mimos de los escritores más capaces de marcar el siglo y entrar en la colección de La Pléiade cuando vuelvas a ser banquero. Pues si este siglo debe ser marcado por ti, no importa que también se vea marcado por Besson el pequeño (no confundir con Besson el grande, el escritor Patrick, ni con Besson campeona de atletismo, Colette, ni siquiera con Eric, el traidor que pasó de Ségolène [Royale] a Sarkozy en medio de la campaña presidencial, ni siquiera con Minimoy, Luc [alusión a un serie infantil, Los Minomoys, del cineasta y escritor Luc Besson]). 
   Antes de ser adulador, Besson el pequeño fue director de recursos humanos de Laurence Parisot, ama y señora del MEDEF [patronal francesa], pero también autora de guiones de películas para televisión y, por lo tanto, caballero de las Artes y las Letras. Estamos de acuerdo, todo esto legitima la afirmación de Arlette Chabot, que ya estaba haciendo editorialismo político en televisión cuando ésta era en blanco y negro y sólo tenía una cadena. Valiente, audaz, resistente, rebelde, insumisa, doña Arlette no tuvo miedo de afirmar en uno de los medios de comunicación que todo esto era habitual: ¿Acaso Napoleón no había nombrado a Chateaubriand en su tiempo y De Gaulle a Romain Gary? Es verdad, es verdad.... Arlette, querida Arlette, a ti que ya tienes los rangos de caballero y oficial de la Legión de Honor, ¡te prometo el siguiente rango más alto en breve! Si aún no se ha hecho realidad, porque bien mereces tener tu servilletero, y pronto serás invitada a la mesa de nuestro gran Mamamouchi con el casarealista Stéphane Bern y los hermanos Bogdanov,  eminentes miembros correspondientes de la NASA francesa. 
   Su Excelencia, Su Serenidad, Mi Rey, Su Alteza, Mi querido Manu:  sin embargo, para que esta misión de amiguismo llegara a buen puerto era necesario que tomaras la decisión de un decreto que modificara las reglas para el nombramiento de diplomáticos, de modo que ya no fuera el Quai d'Orsay el que tuviera la última palabra, sino el gobierno, es decir, sólo tú, como todo el mundo sabe. Eso es lo que las lenguas viperinas llaman tu ordeno y mando... El decreto permite ahora recompensar a los que no son funcionarios, siempre y cuando hayan sido serviles. Bern embajador ante la emperatriz Sissi o los Bogdanov nombrados para el mismo puesto en Marte, gracias a ti ahora ya es posible... ¡Francia  está volviendo a ser "great again"!
   Me he enterado de que, al mismo tiempo,  has hecho posible esto otro, gracias a tu ordeno y mando: la Sra. Agnès Saal fue nombrada por una orden publicada en el Diario Oficial "alta funcionaria para la igualdad, la diversidad y la prevención de la discriminación, bajo la dirección del Secretario General del Ministerio de Cultura". Éste es un gran puesto, ¡y tan moral además! Un hermoso juguete emblemático de la corrección política de nuestro tiempo.
    Recordemos un poco el currículum vitae de la afortunada dama a la que recompensas. Esta señora se había dado a conocer por sus gastos de taxi, más de 40.000 euretes, y esto en gran parte en beneficio de sus hijos, cuando era directora general del Centre Pompidou y presidenta del INA, un organismo que conoces muy bien, ¿no es así? Por estas malversaciones, fue condenada a seis meses de suspensión sin sueldo (probablemente según los principios de lo que ahora se puede llamar la jurisprudencia Benalla...), luego a tres meses de cárcel con suspensión de la pena, y a una doble multa. En el verano de 2016 fue reintegrada disimuladamente en el Ministerio de Cultura (cuidado con los nombramientos de verano...) como responsable de proyectos en la Secretaría General con vistas a la finalización de la labelización AFNOR sobre igualdad profesional y diversidad. 
   También hay que reseñar que, según Mediapart, la misma Sra. Saal, tan bien recompensada -se pregunta uno por qué- aparecería también "en la muy limitada lista de altos funcionarios, que, por orden del Primer Ministro de 3 de agosto de 2018, fueron incluidos a partir del 1 de enero de 2018, es decir, con carácter retroactivo, en el cuadro de ascenso al escalafón especial del grado de administrador general". En otras palabras, esto significa que, durante las vacaciones del Rey en Brégançon, este procedimiento, que no forma parte de la promoción tradicional sino de una voluntad política expresa, permitió a la susodicha beneficiarse de un aumento de su salario de 6.138 euros al año, incluida la subvención por residencia en París, es decir, un total de casi 74.000 euros de salario anual. Además, hay un subsidio adicional que aumenta la jubilación para los funcionarios públicos en un 10% aproximadamente. ¡Cuando amas, mi querido Manu, no es en vano... y se nota!
   Françoise Nyssen, recordémoslo para los millones de franceses que aún no lo saben, es Ministra de Cultura. Ella es la que le puso música a la melodía que el presidente le silbaba al oído. Ante el estallido que el nombramiento de la Sra. Saal generó, legítimamente, la Ministra nos hace la siguiente declaración en las redes sociales: "He nombrado a la Sra. Agnès Saal (deletreo: S. A. A.  L, porque podríamos escribirlo mal... [Saal se pronuncia como “sale", sucio, en francés]), alta funcionaria para la igualdad y la diversidad. Hice de esta causa una prioridad tan pronto como entré en el Ministerio de Cultura. La calidad de su compromiso y trabajo al servicio de estos valores fundamentales debería guiar los comentarios de hoy". No sabemos cuál es la "causa" en cuestión: ¿la Sra. Saal o los famosos valores tomados como rehenes aquí?
    Pero Françoise Nyssen es también la editora que, a sabiendas, eludió dos veces a las autoridades fiscales al no declarar ninguna ampliación significativa del espacio de su empresa; una vez en Arles, la sede de su editorial, otra vez en París. El Canard enchaîné, que levantó la liebre, cifró la fortuna ahorrada con esa doble jugada... ¡Cuántas ayudas para vivienda supondría esa cantidad para todos aquellos estudiantes poco adinerados...!
   Dios los cría y ellos se juntan, así que era normal que, bajo tu autoridad, bajo tus órdenes, según tu deseo, según tu anhelo, según tu voluntad, mi Príncipe, mi Rey, mi gran Mamamouchi, el vicio recompense al vicio. En poco más de un año, desde Richard Ferrand hasta Alexandre Benalla, pasando por esta señora Saal, ¡nos llevas acostumbrando tanto!
    ¿Sabes, mi querido Manu, que las cajeras que utilizaron unos cupones de descuento de un par de euros que andaban sueltos por las cajas registradoras, o los empleados de los grandes almacenes que se comían alguna fruta de las estanterías, fueron despedidos sin contemplaciones, sin compensaciones, sin puertas giratorias pagadas por los contribuyentes y sin la posibilidad de encontrar un trabajo altamente remunerado con sus beneficios de función aparejados (probablemente un cochazo con chófer...)?
   También me enteré de que tu buen amigo Benalla ha protagonizado unos encantadores desmanes después de los que le conocimos el verano pasado. Pero el incendio se apagó muy bien, ciertamente no con el agua de la piscina que te hiciste construir en Brégançon, no para ti, oh no, por supuesto, sino por altruismo para los hijos del personal de la residencia real, seguro que sí... 
   Bajo custodia policial, la Policía quería registrar la casa de tu querido amigo Benalla. En particular, quería acceder a su caja fuerte. Obligada por ley a no entrar en el apartamento antes de la hora legal, la Policía puso precintos por la noche y esperó a la mañana siguiente. ¡Pero la caja fuerte fue vaciada por la noche! Vaya brazo largo que gastan los compañeros de Benalla, ya que desde la comisaría de Policía se pudo llegar a una caja fuerte en un domicilio en mitad de la noche... Las cuatro armas que se suponía que estaban allí ya no estaban: tres pistolas y un rifle, para un hombre con sólo dos manos, es mucho... Su esposa tenía las llaves, él dijo que ella estaba en el extranjero: en realidad, estaba escondida en el distrito XVI de París. Es cierto que, para muchos franceses, este barrio rico equivale a un país extranjero. 
   Su Excelencia, Su Serenísima, Mi Rey, Su Alteza, Mi querido Manu, me parece que es mejor ser tu cortesano que ser un jubilado amputado de pensión, es mejor ser un plumilla genuflexo en lugar de un escritor en pie, es mejor ser un alto funcionario de izquierdas que mete mano en las arcas del Estado para financiar el transporte de sus hijos en lugar de un estudiante al que le robas de su bolsillo cinco euros de la ayuda de vivienda,  y ser un golpeador de manifestantes con brazalete de policía y una acreditación del Elíseo que un sindicalista defensor de la legislación laboral.  
   Su Excelencia, Su Serenidad, Mi Rey, Su Alteza, Mi querido Manu, me gustaría que me amaras por tres razones. La primera: para ser nombrado sin  mérito ni competencia algunos cónsul de las provincias y regiones francesas en el distrito VI de París, o incluso el XVI: tu puedes, lo sé, sólo con quererlo; la segunda: para permitir que mi vieja madre, que no posee permiso de conducir y que tiene ochenta y cuatro años, tenga un taxi gratuito a cualquier hora del día o de la noche para ir a las visitas médicas a media hora de su casa, todo pagado con el dinero de los contribuyentes: tú puedes, lo sé, sólo con quererlo; la tercera: para tener un montón de armas en mi casa, pero también y sobre todo, para poder golpear a la gente que no me gusta, llevando un casco en la cabeza, repartiendo porrazos y teniendo a los cuerpos del CRS o la Policía como tapadera para mis pequeñas actuaciones: tú puedes, lo sé, simplemente con quererlo.
   Por favor, Su Excelencia, Su Serenidad, Mi Rey, Su Alteza, Mi querido Manu: quiérelo. Prometo que si lo haces yo me prosternaré también, mostrando las plumas de mi culo a los transeúntes, diciendo cosas buenas de ti en artículos, conferencias y libros; te lo juro, iré a las cadenas del servicio público y a las radios para certificar, como Arlette Chabot, que a Napoleón, De Gaulle y a ti no os separa ni el grosor de un papel de fumar;  Joffrin [director del diario Libération] no me reconocerá, puede que también me ame como una vez amó a Bernard Tapie y a Philippe de Villiers. También podría escribir una biografía de Stéphane Bern con un prefacio de tu santa, Brigitte ex-Trogneux, o escribir una tesis sobre física cuántica con tus amigos los hermanos Bogdanov como directores de la misma. Podría incluso dedicar un seminario sobre literatura comparada a la obra de Philippe Besson, que pondría en perspectiva con la obra de James Joyce. Por favor, tú puedes, eres mi Rey. Vivo en la Place de la Résistance, en Caen, házmelo saber.
   Por favor, Su Excelencia, Su Serenidad, Mi Rey, Su Alteza, Mi querido Manu, Mi cariñito, recibe la expresión de mi más cortés consideración. Viva la República, viva Francia, pero sobre todo: ¡Viva tú!

Michel Onfray

Posdata: besos a la Reina.

Posdata II: Me he enterado de que Brigitte y tú fuisteis a hacer jet-ski acuático a tope cuando estuvisteis en Brégançon, en una zona prohibida para la navegación y el fondeo, y que navegasteis mucho y mojasteis más. Esta reserva marina protegida no debe ser perturbada por ningún vehículo a motor. Sin embargo, estaban tus dos motos acuáticas y tu gran yate con 150 caballos de potencia... quién sabe si tal vez prestado por Nicolas Hulot, porque sabemos que, al igual que tú, es un ecologista que colecciona vehículos motorizados. Proteger el medio marino y preservar la biodiversidad en las aguas del Parque Nacional de Port-Cros, para ti que fumas glifosato todas las mañanas a la hora del desayuno, carece de la menor importancia, ¿a que así?