jueves, 17 de diciembre de 2015

Los nenes y las lentejas...

A vueltas con la encuesta prohibida, que tiene el morbo de todo lo prohibido (para que el nene coma lentejas, la estrategia es decir que solo las comen los mayores, o bien que son muy caras; antes era infalible, pero hoy en día la respuesta del nene puede ser que te metas las lentejas por donde te quepan).
Al margen de trackings, ponderaciones, estimaciones, horquillas alta, baja o medipensionista y otras coc(h)inerías internas, las encuestas se pueden reducir a unas rayas de colores dibujadas en el par de abcisas y ordenadas; abscisas, las fechas; ordenadas, los porcentajes de voto. En el fondo, es algo relativamente sencillo, más incluso que preparar un buen plato de lentejas, y como éstas, o las tomas o... las dejas... estirar, esto es: prolongas las rayas de colores hasta el día 20 de diciembre siguiendo su perfil natural. Como haría un niño. Y ya se sabe la relación que el saber popular establece entre la verdad y los niños (y los locos).
Si lo hace el amable (e)lector, esto lo de estirar las rayas, constatará que la azulona y pepera, estable en su recta final, se quedaría en torno a ese 25 % de votos el 20-D.
La rojona y socialista, ligeramente descendiente, quedaría por debajo del 20%.
La naranjona ciudadana, marcadamente descendente, moriría en un mardito roedore:   13%.
Y la podemita violetona... marcadamente ascendente, alcanzaría el 22%, dándole a la formación emergente tanto la segunda plaza como el honor a Pablo Iglesias de ser, al menos técnicamente y mientras duren los pactos postparto, el lord jefe de la oposición.
La derivada de tal foto finish sería que PP con C's sumarían 38% de los votos, y que Podemos con PSOE, un 41%. En total los cuatro partidos rondarían 80%, y todos las demás listas congregarían el 20% restante, cosa que no parece del todo razonable, pues se supone que han de sumar algo menos.
Pero igual de irrazonable es si se agregan las estimaciones del gráfico andorrano actual: veremos que éstas suman más del 100%, lo cual es una aberración matemática, pero bueno. Apliquémosle pues a los guarismos infantiles un factor corrector negativo ponderado que iguale, proporcionalmente, todas las estimaciones a la baja, para que el sumando de todos los factores dé el 100% canónico de la estimación que acabo de hacer. Si todo esto que digo fuera más o menos posible, que lo es, o probable, que igual sí, o que muy plausible, que está por ver, entonces el papel de los IU, ERC, Bildu, Democràcia i Llibertat (mejor se habrían llamado los convergentes Llibertat...via Amnistía) podría llegar a ser determinante para la conformación de un Gobierno de "izquierdas izquierdistas" Podemos-PSOE. O no, y se podría dar la aparente paradoja de que el PNV y el nuevo avatar de "Convergència sense Unió" hicieran  lo posible (vulgo: abstenerse) para que el PP gobernase con la muleta ciudadana, por aquello tan cierto como inconfesable de que "cuanto peor, mejor", y por lo de la fábrica de independentistas "no vaya a ser que eche el cierre y el invento se nos j...."
Lo peor para el independentismo irredento, lo que echaría por tierra todo el argumentario victimista del que se alimenta la serpiente desde antes aun de ser huevo, sería que en Madrid mandaran dos catalanes, un Rivera de Presidente o una Chacón de Vicepresidenta, en un tándem  de centro izquierda liberal PSOE-C's, pero eso, ay,  no ocurirrá.

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Andorra vaticina curvas

En Andorra, y en este blog de campo extraterritorial, se pueden comentar encuestas de intención de voto al margen de la normativa española vigente, que ya ha decretado el black out de las encuestas electorales.
En un mundo globalizado, la normativa electoral española es ridícula, como se ve.
La encuesta publicada en Andorra arroja unos resultados harto complicados: solo una coalición entre el PP y el PSOE podría alcanzar la mayoría absoluta de los 176 escaños.
Ni PP+C's ni PSOE+ PODEMOS ni PSOE+C's, ni el pacto más contranatura PP+Podemos lograrían ese umbral de 176 escaños, que es el de la estabilidad real.
Descartada la Grosse Koalition a la alemana entre conservadores y socialistas, porque si bien podría ser lo mejor para el país  podría ser lo peor para estos dos partidos, nos encaminamos hacia un escenario a la italiana o a la belga, con gobiernos inestables en minoría, con coaliciones multipartitas de geometría variable, bien de perdedores coaligados o con ciertos partidos solo dejando gobernar (PSOE -PODEMOS- IU + dejando gobernar: ERC CDC  BILDU PNV¿? es decir: todos contra el PP) o bien con pactos puntuales por temas y coyunturales. Con el problema catalán igual de irresoluble que hace unas semanas, ojo que vienen curvas.

Un sobre muy español

Insólita la situación que ha vivido un partido extraparlamentario, Vox.
La JEC le impidió utilizar sobres estampados con la bandera de España, pero el TS desautoriza por vía cautelar a la JEC y decide que sí  se puedan enviar esos sobres con propaganda electoral, porque es solo eso: propaganda electoral, y no un uso prohibido de la bandera "en" las candidaturas tal como estipula la ley (por ejemplo, no sería dable que en la papeleta electoral constara la bandera española, o que esta se usase inscribiendo en ella siglas o lemas ajenos a la misma).
En los actos de campaña bien que se usan la bandera española, u otras banderas autonómicas, o bien enseñas partidarias o paralegales, como banderas independentistas y demás.
El hecho de que Vox utilice la bandera, no en un mitin, sino en un sobre para trasladar propaganda no parece un hecho censurable en sí, por insólito y novedoso que resulte el sobre de marras y "parezca" que se dé cierta apropiación de la enseña constitucional, que es "de todos".
En todo caso, el que tuvo la idea del sobre rojigualdo acertó en términos de comunicación, por lo original de la iniciativa y porque el mensaje que vehicula el sobre, que es el continente, acompaña y hasta supera el contenido, que es la propaganda con el programa electoral.
Harina de otro costal es si el sobre de marras atraerá votos para Vox, un partido que intenta hacerse con ingentes dificultades un lugar al sol en el paisaje político español desde hace tiempo. Es el único partido, junto con UPyD, otro partido desaparecido, que cuestiona el Estado de las Autonomías, aunque con matices propios y distintos a los del partido de Andrés Herzog (y Fernando Savater, que sigue donde estaba y no se ha subido al carro de los Ciudadanos, a pesar de ser el primero que pidió el matrimonio de ambas formaciones).

En España, el que el Partido Socialista usara la bandera patria como fondo en un mitín de precampaña hace unas semanas fue noticia de portada.  La relación con la enseña nacional sigue planteando problemas, pues la sombra rojigualda de Franco es muy alargada (a pesar de que la bandera franquista, huelga decirlo, no era la misma que la de la España constitucional).