domingo, 8 de mayo de 2016

El PSOE sueña con ser adelantado

Interesante análisis sobre la crónica de la muerte anunciada del PSOE, que aspira tan sólo a no ser irrelevante el día después de las elecciones; por ejemplo con menos de 90 escaños. 89 ya sería un fracaso absoluto.
Aquí.
Sánchez puede ser el Hernández Mancha del PSOE.
Tampoco tenía Sánchez mucha opciones después de Navidad e hizo durar la ilusión de algunos de los suyos cuatro meses. La ilusión de que podría ser presidente de Gobierno con la abstención del PP o de la de Podemos. El fantasma de Pablo Iglesias lo perseguirá el resto de sus días.
La única opción que le queda es ser vicepresidente de un gobierno de Iglesias, si "Unidas Podemos" sorpassa al PSOE y se pone en 85-90 escaños... y el PSOE no baja de 80 diputados.
Harto improbable.


Soñador de España

Muere el que pudo haber sido el mejor formador de Gobierno en España durante décadas.
Aquí.
Pero ya nadie se acordaba de él desde hacía tiempo.
Aquí.
España es un país desmemoriado, donde todo lo que no es tradición  ni siquiera es plagio.

El centro sexy y la posada española

Carta dominical de Pedro Jota.
Aquí.
No sabe lo que es una "posada española" en francés; pero lo peor es que cree que Giscard es el modelo  seguir. Giscard, que acabó con la inercia de los treinta gloriosos, que se  encanalló con Bokassa y tuvo de ministro al nazi Maurice Papon. De Bayrou mejor ni hablar: lo tuvo todo de cara y todo lo malogró.
El centro no ha de ser sexy sino serio: es decir no una fuerza dispuesta a pactar con PP y PSOE, según dónde y según con quién; sino una fuerza justamente dispuesta a no pactar con éstos hasta que se regeneren, o hasta poder ser ella quien pueda gobernar en solitario con sus buenos 10 millones de votos.
La centralidad no es la equidistancia; ni siquiera un tercer género. El centrismo es reformismo y liberalismo.
En lo que acierta Ramírez es en la necesidad de reformar la inícua ley electoral; y que debería ser un previo para C's.
No se entiende que este previo brillara por su ausencia en el drôle de pacte de las 200 medidas.