sábado, 19 de agosto de 2017

Turismofobia radical

Tan absurdo es vincular los atentados en Cataluña con el procés (salvo en el hecho de que quien conspira para secesionar no suele más que centrarse en conspirar y tender a descuidar todo lo demás, seguridad incluida) como intentar desvincularlos de la matriz islamista de la que emanan.

Los atentados fueron contra el turismo internacional en la tercera ciudad más visitada de Europa, en su paseo más turístico; y en las playas españolas, las más visitadas de Europa.

El objetivo era alcanzar al máximo de nacionalidades de un solo golpe. Y lo han conseguido.

Y la consecuencia será la caída del turismo en Barcelona y las playas, como ya les pasó a Londres, Bruselas y París.

El objetivo pues se ha cumplido.


En cuanto a la relación de los ataques con el islamismo franquiciado del EI o de Al Qaeda o de Boko Haram y otros íncubos, a su vez franquicias patrocinadas por los petro-países que sabemos y con los que mantenemos excelentes relaciones comerciales: hasta que la comunidad internacional no decida ir a la raíz del problema, tendremos esta guerra de guerrillas que tenemos.

Todo lo que no sea ayudar a secularizar el mundo musulmán y apoyar a los musulmanes "laicistas", será alimentar a los sectarios del Libro, que se harán más fuertes en esos países también. 

Apoyar al Islam moderado ha de ser sólo un medio, no un fin.

Esta religión no es a fecha de hoy como las demás y ha invadido ámbitos que le deberían estar vedados, como el político, el social, el moral, el judicial, el cultural, etc.


Luego está la guerra ideológicas contra la propaganda: el Corán debería censurarse en muchas de sus páginas o venderse sólo en versiones críticas y anotadas, previniendo sobre su peligrosidad, como se hace con otros textos voceros de delitos de odio.

...

Las sectas se combaten como lo que son. Sectas. Se ataca  la financiación, se enchirona a sus líderes y cómplices y se desprograma a sus víctimas. A nivel local... o planetario.