domingo, 17 de abril de 2016

Los no arrepentidos

Los etarras y sus cuates: que ellos no se arrepienten ni pedirán perdón, que esa línea roja, la de la sangre inocente vertida por una idea enferma, no la piensan traspasar. ¿Para qué?
Total, el pueblo vasco soberano no se lo demanda. ¿Dónde están las masas pidiendo que Otegi no pueda presentarse a lehendakari?
Asistiremos a lo contrario.
Asistimos al secuestro del discurso de la dignidad impasibles.
En otras partes de España (Cataluña), la divisoria es entre demócratas y no.
En el País Vasco, es entre asesinos y sus amigos, y no.
Y en el resto de España...

Aquellos que se niegan a un tripartito entre las tres fuerzas constitucionalistas, es decir los socialistas, deberían ser castigados por su electorado el 26-J: el problema es que el voto de castigo irá en gran parte y con toda probabilidad a Podemos. Paradojas democráticas.

Aquí.

Las asociaciones de víctimas del terrorismo deberían plantearse seriamente presentarse a las elecciones ante el abandono y  ninguneo del que son objeto por parte de la partitocracia española.

Javier Cercas en Núremberg

Como en un cuento de Gógol o de Joseph Roth, a Javier Cercas se le apareció en Olot, ciudad del museo de los Santos, un personaje de su libro en carne y hueso.
Aquí.

Enric Marco Batlle sólo acudió para dejar constancia de que sigue vivo, a pesar de sus 95 años, y a afearle a Cercas el uso abusivo que hizo de las horas de grabaciones efectuadas por éste.
Al margen de la calidad del libro y del propósito del mismo, a caballo entre la ficción y la realidad, lo que es indudable es que Cercas no firmó un convenio con Marco para delimitar el uso que pudiera hacer del material recabado grabadora en ristre, sino que jugó con la ambigüedad para sacarle toda la información que pudo a su personaje viviente.

Y al margen de lo que se pueda opinar sobre la autodenunciada de la impostura de Marco, dada la edad de esta persona, podía haber esperado al menos a que falleciera, para evitarle al anciano el disgusto de leer y no reconocerse en el "Enric Marco" de la novela.

Cercas no tenía competencia, jurisdicción ni legitimitad para ser abogado, fiscal, juez y dictar sentencia como si él fuera todo un tribunal de Núremberg. La ficción no permite todo, cuando traspasa los límite de la ficción.

El autor siempre ha tenido una relación conflictiva a la hora de discriminar entre la no ficción y la ficción.

Mientras sólo le afecte a él, nada que decir. Cuando afecta a terceros, la cosa se complica y se le complica.


A Cercas le sobra oficio y técnica para haber trasmutado a Marco en un personaje de ficción, con un mero cambio de nombre, por ejemplo, o de sexo (como hizo Barbal), como en su día no le importó el cambio de sexo en la película de Trueba con su Soldados de Salamina. Claro que la razón de la peli fue darle el papel de prota a la mujer del director a la sazón, Ariadna Gil.

Con Gunter Grass y su pasado nazi Cercas no se habría atrevido. Esto, en el fondo, es lo peor. El abuso del que se sabe, se cree blindado por la fama. Debió de pensar que Marco agradecería el honor de que alguien como Cercas le dedicara todo un libro, fuese éste más o menos de su agrado.

Pero no se lo preguntó, por si las moscas.





Plagios y subplagios

Un líder de CDC parece haber plagiado su tesis doctoral.
En ella, le copió a un académico llamado Jaume Urgell la idea de una acción exterior de Cataluña a la manera de la del estado de Washington; lo que se llama en jerga: "representación subestatal".
Aquí.

El supuesto plagiario no se baja del burro, a pesar de la contundencia del dictamen técnico de la Universidad de Barcelona, e insiste en proseguir con su querella por injurias contra el supuesto plagiado. Considera que lo fusilado es poco cuantitativamente y que, en lo demás, como decía D'Ors, "todo lo  que no es tradición es plagio": aquí.

Convendrá ver, si se confirma el plagio, qué medidas tomará el partido contra el plagiario.
A la vicepresidente Joana Ortega, que falsificó su CV, se le dio un ligero tirón de orejas por parte de CiU, pero se la confirmó en el cargo.
Oriol Junqueras, otro vice (que habla poco pero se fija mucho) también fue acusado en su día de plagio en su tesis doctoral; y nunca más se supo.
Aquí.

Y es que el plagio es considerado algo menor y casi algo positivo en nuestro país; al menos es la prueba de que alguien lee algo, aunque sea "con mala idea".

En otros países, es la mácula peor que puede arrastrar alguien: aquí el caso alemán.


Filatelia populista

El mero hecho de que Jordi Évole invite a Otegi después de a Rajoy al mismo programa populista y falsamente provocador (con una semana de intervalo para marcar bien el punto) indica el grado de envilecimiento al que ha llegado la vida pública española, que se confunde con la vida televisiva española.
"¿Estará viendo la cúpula de ETA esta entrevista?"
¿A quién en su sano juicio le importa la respuesta?
Nada iguala más que una emisión de televisión formateada para el consumo de las masas carroñeras.

Excepto los sellos. Ves un sello de Hitler y otro del rey de Inglaterra, y los metes en la misma sección del álbum filatélico, "años 30-40".

Aquí.

Queda la duda racional de si Rajoy hubiera aceptado la entrevista, sabiendo que luego iba Otegi en la programación.

Condismo entre siglos

Mario Conde creyó que, en la cárcel oscura de su alma, descubría el meditarráneo de las editoriales de autoedición.
Aquí.
Conde ha sido el emblema del papanatismo, el chusquismo, que ha asolado España durante más de dos décadas.
En vez de vergonzantes actos de homenaje a Cervantes, que a nadie interesan pues nadie lee a Cervantes, el ministerio de cultura debería promover un ciclo de conferencias en torno a Mario Conde y todo lo que ha significado en la historia y decadencia de la España de entre siglos.
Sería muy larga la lista de ponentes, líderes políticos y de opinión que, por una u otra razón, podrían dar cuenta de su relación con el señor Conde.

El condismo habrá sido a la postre nuestro particular berlusconismo.