domingo, 29 de mayo de 2016

Contra los puñeteros hombres de negro

Marchando contra el Estado de Derecho, las fuerzas catalanas por la independencia han arrastrado al PSC, peaje por la boda municipal con los colaus y otros acabs.
Aquí.
El independentismo catalán se ha construido en gran medida en reacción a decisiones  y resoluciones de los tribunales españoles que ellos han considerado casi siempre injustas, siguiendo el modelo del Barça, que siempre defendió y alimentó teorías sobre los hombres de negro, sean árbitros o puñeteros togados.
En estas coordenadas victimistas se mueven como pez en el agua, sabedores de que el odio al hombre de  negro, al trencilla de turno,  es muy compartido por la masa social del club, perdón, del país pequeñito y de que contra los nuevos gurucetas se vive mejor.


PD.
Dicen que iba un walking dead de Unió en el cortejo.

EI IVA no devengado

Causa revuelo inmerecido la camiseta que llevaba el otro día en el pleno el concejal Garganté con un monocromo de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona,  en ratoncita Mickey y el ojo de Dios estampuzado en la frente.
Aquí.
Nadie repara en que el concejal de la CUP Garganté adquirió la camiseta a los creativos de la plataforma Barcelona Mata sin pagar el IV; todo del productor al consumidor sin pasar por Hacienda.
A mí me divierte la camiseta, que, si uno la lee bien, dice: All  Comunists Are Beautiful y que es propaganda paródica y subliminal de Piudemos, unos artistas de la pista en vender su mercancía, pero lo del IVA me jode. El costo ha de lleva su iva, nanos.
A esto lleva la uberización de la economía. A esto y a expropiar bancos.


Entrada libre hasta reventar

Arkadi Schwert und der Prozess.
Hier.

Una de las tareas de la historiografía moderna más jabalí consiste en organizar la lectura de la contemporaneidad a la luz del pasado más o menos reciente, retorciendo el cuello a dicho pasado para que case con un presente deformado.
Así, la Fundación Ortega-Marañón (sic), en lugar de ocuparse de lo que debería ser su misión primera, ordenar el legado de los filósofos, cuya correspondencia por cierto anda aún manga por hombro, se pone al servicio del tercerismo, y lo hace en uno de los momentos más delicados para la democracia española: como bien apunta Espada en su comentario, no de texto sino de folleto, el tercerismo es una forma de independentismo que tapa su nombre: "Quiero que se vote la independencia pero con mi voto en contra". Es decir, un dislate.

Como el ciclo de conferencias. Aquí.
Lugar: Fundación Ortega-Marañón: Calle Fortuny, 53. Madrid
Entrada libre hasta completar.  


¿O hasta reventar el invento...?
La independencia de Cataluña sería el fin de España, cierto, pero también el de Cataluña, que se convertiría en Katalunya, FSSAC,* algo así como la FYROM** respecto a la Macedonia titista; pero también España sería un homólogo de la Ex Yugoslavia, la ex España.


Frente al falso diálogo, con una parte de la población pidiendo vox en grito ya sólo código penal y manijas (y no les falta razón), si en los próximos cuatro años (antes de que gobiernen los populistas y si Europa no decide por fin qué quiere ser de mayor) no se articula en España un mecanismo de claridad que fije las duras condiciones para la (re)partición de España, a la canadiense, la guerra fría del Proceso podría dejar de ser fría.


*FSACC: Former Spanish Autonomous Community of Catalonia.
** FYROM: Former  Yugoslav Republic of Macedonia

Mínima alma, blanda y errante

El TS (animula, vagula, blandula) quiere que los abogados le pongan las sentencias a huevo.
Mientras tanto, in dubio pro golpista.
Aquí.
Dice el alto y fofo tribunal: "No se explica cómo y por qué el concreto sistema educativo por lo que hace al uso del castellano y del catalán que reciben los hijos del recurrente vulnera el principio de igualdad”.

Cierto que no se debe invertir la carga de la prueba nunca, pero es notorio que el idioma castellano es objeto de discriminación en la enseñanza en Cataluña y hay jurisprudencia constante en tal sentido.

No hay más tonto que el que no quiere entender, ni juez más ciego que el que no quiere acudir a la doctrina.