viernes, 11 de marzo de 2016

Humor de señorito sevillí

Felipe González ahora pide generosidad a Rajoy para que deje gobernar a Pedro Sánchez (y no al revés; antes había dicho que la vicerversa también le parecía deseable).
Y encima se chotea con la idea de que el rey nombre a un formador de gobierno que no tiene por qué ser un líder de partido ni siquiera un diputado, como apuntaba Esperanza Aguirre.

Con todos los respetos a Vicente del Bosque: no sé cómo González  le puede desear tanto mal.

Crónicas de la equidistancia

Los cuperos de Badalona creen que  la provocación, por ser legal, es moral y  aun, tal vez, rentable.
Aquí.
No todo lo que no es ilegal merece la pena ponerse en practica.  Por rentable que se crea que es.
Enaltecer a la ETA, aunque sea indirectamente y con un tropo, puede ser legal; pero es moralmente deleznable.
Tanto como el  deleznable "¡Fuera rumanos!" en su día del badalonense ex alcalde del PP Xavier García-Albiol.

Y esto que digo no es equidistancia como la incomprensible, ahora, de Felipe González: aquí.



Palabra inmortal de académico (catalán)

Palabras literales del escritor catalán Don Luis Goytisolo Gay con ocasión de la entrada en la RAE de Don Miguel Saénz, (traductor, jurista, ex fiscal, escritor y... ex militar) el 23 de junio de 2013.


"Y las Fuerzas Armadas constituyen uno de esos sectores imprescindibles, sobre todo en momentos como el presente, sometidas como se hallan a una constante renovación de carácter así tecnológico como geopolítico. Los prejuicios de signo contrario a los que acabo de referirme son probablemente un residuo de los tiempos del servicio militar obligatorio, cuando la mili era considerada una especie de castigo ineludible. Pero si a quienes hicimos la milicia universitaria la experiencia nos hizo ver que la vida no tenía por qué ser confortable, para muchos de los que hicieron la mili normal fue una verdadera escuela, de la que salieron con unos conocimientos que les permitieron abrirse paso en la vida. Y yo no sé si, en momentos de crisis como el presente, la mili no supondría una solución más a tener en cuenta. En definitiva el servicio militar obligatorio nada tiene que ver con el militarismo. Subsiste, por ejemplo, en Suiza, país que desde sus orígenes no ha participado en guerra alguna. Hablemos ahora del Miguel Sáenz traductor cuya trayectoria, como tal acaba él mismo, de exponer etc..."