jueves, 17 de diciembre de 2015

Un sobre muy español

Insólita la situación que ha vivido un partido extraparlamentario, Vox.
La JEC le impidió utilizar sobres estampados con la bandera de España, pero el TS desautoriza por vía cautelar a la JEC y decide que sí  se puedan enviar esos sobres con propaganda electoral, porque es solo eso: propaganda electoral, y no un uso prohibido de la bandera "en" las candidaturas tal como estipula la ley (por ejemplo, no sería dable que en la papeleta electoral constara la bandera española, o que esta se usase inscribiendo en ella siglas o lemas ajenos a la misma).
En los actos de campaña bien que se usan la bandera española, u otras banderas autonómicas, o bien enseñas partidarias o paralegales, como banderas independentistas y demás.
El hecho de que Vox utilice la bandera, no en un mitin, sino en un sobre para trasladar propaganda no parece un hecho censurable en sí, por insólito y novedoso que resulte el sobre de marras y "parezca" que se dé cierta apropiación de la enseña constitucional, que es "de todos".
En todo caso, el que tuvo la idea del sobre rojigualdo acertó en términos de comunicación, por lo original de la iniciativa y porque el mensaje que vehicula el sobre, que es el continente, acompaña y hasta supera el contenido, que es la propaganda con el programa electoral.
Harina de otro costal es si el sobre de marras atraerá votos para Vox, un partido que intenta hacerse con ingentes dificultades un lugar al sol en el paisaje político español desde hace tiempo. Es el único partido, junto con UPyD, otro partido desaparecido, que cuestiona el Estado de las Autonomías, aunque con matices propios y distintos a los del partido de Andrés Herzog (y Fernando Savater, que sigue donde estaba y no se ha subido al carro de los Ciudadanos, a pesar de ser el primero que pidió el matrimonio de ambas formaciones).

En España, el que el Partido Socialista usara la bandera patria como fondo en un mitín de precampaña hace unas semanas fue noticia de portada.  La relación con la enseña nacional sigue planteando problemas, pues la sombra rojigualda de Franco es muy alargada (a pesar de que la bandera franquista, huelga decirlo, no era la misma que la de la España constitucional).