martes, 15 de diciembre de 2015

La balsa de piedra catalana

En el cara a cara de perro, el moderador ha intentado darle protagonismo al tema catalán. Pero los candidatos estaban en las cuerdas a cuenta de la corrupción, el aspirante castigando de valiente, el campeón encajando con sufrimiento, no estaban para bromas.
El tema catalán, es decir, la probabilidad de que con dos votos de la CUP se siga por la senda de la independencia unilateral, no les ha parecido asunto de enjundia suficiente a los púgiles: es cierto que el tema no está teniendo, incomprensiblemente, el protagonismo que se le presuponía al inicio de la campaña, pero no deja de ser el mayor desafío a la Democracia desde el 23-F.
Todo apunta a que no trataron en profundidad del problema porque le tienen un miedo cerval, y no quieren ni plantearse que Cataluña se declare independiente vía una DUI en breve. Es la política del avestruz.
C's tiene en bandeja sacar partido del tema y Podemos está surfeando en la ola del derecho a decidir de Colau y sus cuates, como primera fuerza en intención de voto en Barcelona.
En política el autismo no cotiza al alza. Soslayar lo del secesionismo es dejar que siga creciendo, pues hay otras elecciones ocultas: están en juego si los independentistas o los favorables al derecho a decidir  vuelven a superar la barrera del 50% de voto en Cataluña o no. Y sigo bien volver a superar el 50%. de votos.  La irredenta presidenta del  irredento Parlament  de Cataluña no solo obtuvo los esperables 72 escaños soberanistas (62 de Junts pel Sí  más los 10 de la CUP), sino que llegó a 77, pues se sumaron a su encumbramiento cinco podemitas catalanes. 77 de 135 escaños, 77 escaños que representan más del 50% de los votantes del 27-S. ( Y 9 escaños más de la mayoría absoluta, que son 68). Si el 20-D las cosas no cambian, la CUP prestará dos votos para que el "procés" siga vivo, y, en realidad, poco importará quién esté sentado en Moncloa. Solo un golpe de efecto de C's, haciéndose con la primera plaza, con un 20 y pico muy largo por ciento de los votos en Cataluña, por delante de ERC y de Democràcia i Llibertat y de los podemitas podría invertir la tendencia.  Que el PP y el PSC puedan ser la 4ª y 5ª fuerzas políticas en Cataluña, esto es, irrelevantes, demuestra que la desconexión en realidad ya se ha producido. Cataluña es la segunda autonomía en número de escaños, después de Andalucía; y ya navega como un nueva  "Balsa de Piedra" de Saramago, desgajada de la península.