martes, 15 de diciembre de 2015

Es el relato, zoquetes

Pedro Cuartango, el más literario  y comparativista de los periodistas en activo por su amplísima erudición, aventura hoy unos de esos símiles por el que muchos plumillas darían los mejores años de su vida en su artículo de El Mundo: los políticos españoles en campaña serían cual personajes balzacianos. Escribe:
"Rajoy bien podría ser el coronel Chabert que vuelve cuando todos le creían muerto, Iglesias evoca la reencarnación del ambicioso Lucien de Rubempré que triunfa en París de manera meteórica y luego cae, Rivera podría asemejarse al joven idealista Eugene de Rastignac que pierde su inocencia cuando conoce a Vautrin y Pedro Sánchez me recuerda al perfumista César Birotteau por su efímero paso por la política".
El paralelismo es magistral, y  ya solo queda por despejar quién es el Vautrin que hará bajar al lodazal a Rastignac y si Chabert esquivará el destino que le asignó Balzac.
Pero en donde acierta más de pleno Cuartango es en esto otros, que es una de la conclusiones que se va cociendo en este blog de campo:  "Nunca la política había sido tan banal como ahora y nunca habíamos asistido a una campaña en la que las ideas brillaran tanto por su ausencia. Y lo peor es que los candidatos han interiorizado que lo que reporta votos no son los proyectos sino el relato y que las redes sociales son mucho más importantes que los programas".

En la sociedad del espectáculo, de Debord, no podía ser de otra manera.

Es el relato, zoquetes.... y las redes.

Es la lógica del marketing, de atraer con la forma y el embalaje, y no con las ideas... es decir nunca tratando de la calidad intrínseca del producto.

Se ha visto en el debate a dos: un choque de personalidades y estilos, no un debate de ideas.