lunes, 30 de octubre de 2017

La tarde belga

El primer diario del pais, Le Soir, se pronuncia sobre el lío montado por el Secretario de Estado de Imigración y Asilo belga, Theo Francken.

Aquí en VO.

Aquí en tradu exprés:

"Francken y la puñalada trapera

¡Pero qué estupidez! Esta es la única conclusión que debe extraerse de la salida de tono del Secretario de Estado Theo Francken sobre una hipotética solicitud de asilo del independentista Puigdemont y que sumió a Bélgica este domingo en el ridículo en la escena internacional. Una salida más estúpida que inútil. Theo Francken tenía todos los motivos del mundo para guardar silencio sobre el tema: en primer lugar, el primer ministro Charles Michel es el portavoz de una posición matizada sobre el asunto catalán y que también satisface al N-VA; segundo, esta actitud ha puesto a Bélgica en una posición difícil frente al gobierno español; tercero, el Secretario de Estado no es Ministro de Asuntos Exteriores y, sobre todo, la cuestión de conceder el asilo al Sr. Puigdemont no está en el orden del día.
Solo que aquí, Theo Francken no es tan estúpido. Y sabe perfectamente que jugó a uno de sus juegos favoritos: dar promesas verbales a los nacionalistas flamencos, para negar inmediatamente después de haber cometido el menor fallo en un acto "federal". Y qué más da el daño colateral a su Primer Ministro, su gobierno y su país.
¡Pobre Charles Michel! Ciertamente, no se le agradece lo morigerado que se muestra hacia su Secretario de Estado, cuyos derrapajes han sido objeto de ligeras reprimendas y siempre sin reales consecuencias, o por los riesgos que corre al adoptar posiciones públicas que abundan en la postura de los nacionalistas flamencos, ya sea sobre Sudán o la crisis catalana.
"Hay un problema Francken", escribimos recientemente. Con la circunstancia agravante esta vez de que es la política de su gobierno lo que desautoriza, y que el debilitamiento del Primer Ministro y el Gobierno federal causado por sus excesos verbales ya no se limita al espacio belga, sino que se exhibe en la escena europea.
Este fin de semana, Theo Francken pudo haber ganado puntos entre sus ultras pero hizo perder la cara a Bélgica y a Charles Michel.
Los europeos ahora pueden pensar que la posición valiente del primer ministro belga -casi el único que denunció la violencia en el referéndum catalán y lanzó llamadas al diálogo- no fue fruto de un jefe de un estado con convicciones sino de un jefe de gobierno bajo presión de los nacionalistas de su ejecutivo. En cuanto al fondo, también estarían justificados a hacerse esta pregunta: ¿apoya Bélgica a los separatistas catalanes contra el gobierno español y aceptaría, subsidiariamente, una solicitud de asilo del señor Puigdemont?
Pues no, el primer ministro, este fin de semana, Theo Francken no ha "echado más leña al fuego". Se salió de su papel, faltó de responsabilidad y, al hacerlo, asestó una nueva cuchillada trapera. La Historia dirá si ha sido por orden de su partido."

Béatrice Delvaux


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Es lo que pasa a un país cuando uno tiene gobiernos multipartitos crónicamente.