viernes, 7 de octubre de 2016

El uniplagiario Camps

Acusan a Camps de plagio con malas artes, ya quedó escrito en este cuaderno de campo, que no debe convertirse en el de Camps.

Y algunos blanden su espada, y no los peores precisamente, en su defensa.

Aquí.

El informe pericial del profesor Urdánoz mezcla los ejemplos y las categorías, ya fue dicho. Hay un humus de mala fe evidente en Urdánoz. La inmensa mayoría de sus ejemplos cojean por todos lados, como las patitas de Gregor Samsa.


Pero el único epígrafe digno de ser considerado en su informe es el del supuesto plagio a "otros autores".

A falta de opinión más autorizada y cita referenciada en contrario, la parte de la frase, el fragmento de la  oración, que consta como propia y sin comillas en la tesis de Camps y que va aquí sombreada en amarillo ." [...]los derechos políticos son los más alejados de la dignidad humana tal como el Tribunal Constitucional los reconoce al señalar que no derivan de la persona en cuanto tal,  sino de la condición de ciudadano."  (in: página 105 de la tesis de Camps--página 26 del peritaje), esta frase amarilla, pues, resulta que se halla en esta obra: Alexandre H. Català i Bas: “Inmigración y Discriminación”, in Estudios Interdisciplinares sobre igualdad. Ed. Iustel, Madrid, 2009.

Y no es una frase que se cite en ningún otro lugar, texto legal, sentencia, glosa, estudio, monografía, y cabe reputar por tanto que es frase salida del magín del señor Català, y que el señor Camps se la copió sin citar al mencionado señor Catalá; ni siquiera cita el profesor Camps indirecta u oblícuamente en la sección de la tesis al profesor Catalá, ni alude a él; por no haber, no hay ni una mala nota al pie.

Es decir que el -de momento- uniplagiario y fragmentarista Camps debería refrenar sus impulsos guerrero-legales, no sea que salgan otros peines cultivados.


Nota.

El plagiario deja rastro en su trozo de frase plagiada, pues copia hasta la coma (sombreada en verde), tan innecesaria ella. Los plagiarios que se creen muy listos suelen colocar lo robado dentro de oraciones "vivas", rodeando el objeto del hurto de texto propio, pues creen que así se nota menosel mangue. Pero es justo al revés: la frase íntegra afanada puede clamar la clemencia del descuido u olvido de su referencia; el trozo copiado y reinsertado en el texto vivo siempre es latrocinio y se revuelve como un injerto rechazado, o cola de lagartija seccionada, en cuanto se coteja con las fuentes.