lunes, 19 de septiembre de 2016

Un juicio político

La ignorancia de la ley no exime de su cumplimento.
Ahora los responsables del 9-N se llaman a la andana de la ignorancia: montaron el 9-N porque no sabían que desobedecían.

Dice Homs que éste es un juicio político (evidente, no es un juicio de faltas por un incidente de tráfico) y que la sentencia está cantada: nada más lejos de lo realidad: la judicatura poncio-pilática puede lavarse las manos perfectamente; al tiempo.

Puigdemont ya saca partido del trance: España sería una no democracia que oprime la libre expresión de un pueblo bajo el pulgo y bla. Amenza con echar a la gente a la calle.

Aquí.

Judicializar no resolverá nada, y que la Justicia se abstenga o absuelva tampoco ayudará en nada.

Pero el cumplimiento de la ley permite al menos conciliar mejor el sueño a la ciudadanía.

El nacionalismo es un narcisisimo insufrible: que se le diga a veces que no es tan especial sólo puede ser bueno para todos; para los nacionalistas también.


Ahora bien, la independencias se suelen ganar en las calles: en eso aciertan los independentistas.