sábado, 23 de abril de 2016

Dos rombos

He aquí el guión de la obrita de los titiriteros que les llevó a la cárcel; ahora están pendientes de juicio. Incomprensible. La ficción no debe judicializarse.
Desde luego no es una obra para horario y público infantil. Es de dos rombos, por alguna escena explícita.
Pero en lo demás, sin ser Dario Fo, es una metáfora, algo esquemática pero válida, de cómo se suicida implícitamente un Estado de derecho.
Recomendable por pedagógica.




Poco después del pistoletazo de salida, los artistas advierten: "Respetable público, con ustedes la última obra de Títeres desde Abajo, una obra no acta para todos los públicos, es más, yo diría que es antipedagógica".
La bruja es el primer protagonista en aparecer en escena. Ocupa una casa que no es suya. Es, según el guión, "una de esas mujeres que sólo se acuestan con quien les apetece y cuando les apetece". Aquella que no acepta "una relación como Dios manda", explican con ironía.
EL CONFLICTO CON EL PROPIETARIO
Don Cristóbal es el propietario del piso y allí se presenta. Le exige dinero, pero ésta se niega a dárselo. Cuando la amenaza, le pide más. No hay más dinero y Don Cristóbal se lamenta: "Qué asco de pobres".
En ese momento, el propietario viola a la bruja -de forma no explícita según explica el guión- y la deja embarazada. Ella se defiende y acaba matándolo.
Cuando la bruja se da cuenta de que está embarazada, se clava un cuchillo en la tripa. El bebé nace, pero a ella le asusta su llanto. En este punto, aparece en escena una monja que intenta robarle a la criatura. La pelea termina con la muerte de la religiosa.
LA POLICÍA CONTRA LOS OCUPAS: APARECE LA BANDERA
Avisada del asesinato, un policía se presenta en la casa ocupada por la bruja. La deja inconsciente y para justificar su detención le coloca una bandera de "Alka ETA" entre los brazos. Así la fotografía.
Suena la radio. Se informa de una operación antiterrorista y de la detención de la bruja.
En el juicio se dicta pena de muerte para ella. Pero la horca se atasca y cuando el juez coloca su cabeza para explicar a los operarios cómo funciona, la bruja tira de la cuerda y asesina al magistrado.

La obra termina con una pelea monumental entre la bruja y varios policías que intentan reducirla sin éxito.