sábado, 16 de enero de 2016

Tuitocracia y la Reina de las Ranas

Sigue la tendencia al trending topic, valga la redundancia, que, como el rayo, no cesa.
Si la Democracia era el régimen de la opinión pública (mayormente vía las urnas, pero no sólo), la Tuitocracia es el de la frivolidad y la estulticia al por mayor.
Así lo denuncia  hoy en uno de los avatares Arcadi Espada: "El Mundo por dentro "(que más parece últimamente: por fuera).
La viñeta cómica de Charlie que muestra en un flash forward al difunto pequeño Aylan en tocador de culos, en manoseador de traseros, en Alemania (ésa es la leyenda del dibujo, por cierto, ¡no "acosador sexual o de mujeres" como han maltraducido, es un atajo que han tomado algunos medios socialdemócratas, ¡haciendo trampa!) ha levantado un oleada de indignación y de desolidarización respecto a Charlie Hedbo, el semanario satírico asesinado hace justo un año por yihadistas locales galos. En el mejor de los casos de ha tomado por una provocación gratuita. No han entendido nada.
Hasta la Reina Raina, convertida pour l'occasion en la Reina de las Ranas, Queen of the Frogs, no lo ha pillado: para oír cómo croa Su Majestad, aquí.

Millones de tuits, retuis, I like, I don't like (but  who the hell cares?), y tiro porque me gusta croar y porque me gusto, que convergen en esa censura populista y démago a la publicación humorística parisina.
Más allá de lo preocupante de confundir un chiste con una declaración recta (el viñetista de ésta denuncia en su dibujo --y da rubor tener que explicarlo-- aquella corriente racista, populista y puritana de cierta opinión pública europea que ve en los tristes hechos de Colonia la prueba del nueve de que hay que cerrar las fronteras a los refugiados de guerra procedentes de Oriente Medio) o la incapacidad por parte de mucho lectorado de hacer interpretaciones de segundo grado o irónicas de la creación artística (recuérdese en 2003 lo que pasó en España con el libro de Hernán Mingoya, Todas putas, y su demonización con Pilar Rahola y Lucía Etxebarría al frente de la manifestación; tuvo que salir hasta un Gimferrer de la vida a pedir respeto a la libertad creadora, imagínense...), lo que preocupa es el parasitismo de la prensa, el eco mediático que se le brinda cada vez más en ella a lo acaecido en el hábitat de la redes sociales.

Si ya se ha denunciado en este blog de campo la utilización de los sondeos como elemento del juego político no solo por parte de la prensa que los publicita en aras de sus líneas editoriales, sino de los propios partidos que actúan siempre en función de aquéllos, buscando tendencias a corto plazo por el método de alargar un poco la líneas inscritas en el diagrama, es hora de poner en la picota el uso torticero, interesado y buitre que hace la prensa hoy de las redes sociales, en la creencia de que las creencias que éstas exponen son unas creencias que representan algo per se, cuando en puridad no representan nada, ni siquiera la creencia de sus perpetradores, que muchas veces ni signan con nombre y apellido, que ya cuesta de creer.

Las risas que provocaba en la España de Franco lo de "Democracia pero orgánica", deberían ser las mismas para el nuevo credo: "Democracia pero de la opinión pública" o aún peor: "Democracia pero directa" (léase Democracia plebiscitaria, u online, o asamblearia, o en red o comunal o a mano alzada o por empate 1515 o tipo Junts pel Puig [putch], Junts pels Pets i Rots... y así.)

Democracia creyente. Junts pel tuit.

Cuando la Democracia moderna es (o debería ser) indirecta, mediata, cenacular, científica, piramidal, Kelseniana.