Anson, aquí, se suma a la actitud fuenteovejuna y omite elementos clave del caso, como las sentencias (¡hay que leerlas!) y que la mujer maltratada volvió a vivir con su marido, ligero maltratador confeso y convicto, largos años y tuvo otro hijo con él, entre autres, o que al hijo mayor de once años le parece bien pasar los veranos con el padre...
En estos casos de pareja, la equidistancia previa y la neutralidad es un mínimo en todo opinador.
Luego ya decidirán la delicada decisión con conocimiento de causa, ponderando los hechos probados y los riesgos potenciales, los jueces, y nadie habrá de arrendarles la ganancia.
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Arcadi Espada, solo ante el peligro, toma contrapartido en un karta, pero dejándose algunos matices también por el camino y dando por buenos prima facie el argumentario del padre y las razones por las que aceptó ser condenado por maltrato. Pero al menos, dice lo que nadie se atreve a decir.
Aquí.
